Quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece. Franz Kafka
Si considerásemos que el Real Jardín Botánico de Madrid es un museo y realizáramos el innecesario ejercicio de compararlo con cualquier otro nos encontraríamos con dos o tres ventajas inapelables: la primera es que todo lo que se expone está vivo; la segunda, muy útil en estos absurdos tiempos, es que se disfruta al aire libre; la tercera es que no necesita exposiciones temporales para cambiar. Porque los árboles y las plantas mudan con las estaciones; se solapan, se relevan en su esplendor, en su gloria y en su decadencia.
El 3 de abril de 2021 el Perro Paco asistió con los ojos como platos al espectáculo de los tulipanes. Blancos, rosados, amarillos, rojos y morados. Un festival para la mirada, tan necesitada siempre de descanso y belleza. Es su momento y durará poco. Tal vez, mientras escribo estas líneas, ya comienzan a marchitarse. Tal vez aguanten aún algunos días más. No se puede esperar. Es ahora o nunca. Y el riesgo es que ya no estén.