No sé si es un ejercicio de fe o de optimismo, o si es una esperanza razonable, pero a pesar de los pesares, a pesar de cómo terminó y cómo se ha iniciado el año, en el Perro Paco queremos confiar en que nos encaminamos al final de la pandemia de la covid-19.
Entre tanto ruido, entre tanta propaganda y entre tanta confusión, lo más probable es que creer en el final de la pandemia es simplemente una cuestión de esperanza, de desnuda esperanza.
Comenzamos una serie que llamaremos «Palabras para una pandemia» y de la que desconocemos en realidad cuál será su recorrido.
El tema pandémico nos genera sentimientos contradictorios, nos tiene enormemente cansados y nos hace oscilar entre la necesidad de hablar de ello y las ganas de no tener que volver a hacerlo en la vida.
Pero a mí me ronda desde hace demasiado tiempo la necesidad de dedicar unas palabras a las palabras. A cómo nombramos el mundo en tiempos del coronavirus. Al lenguaje que la covid nos trajo. A nuestro léxico irremediablemente contagiado.
De todo esto, ¿qué quedará después? Y quizás más, ¿qué había antes?
En términos de lenguaje, al fin y al cabo, un puñado de palabras, un puñado de significados.
Algunas de ellas, probablemente, nos acompañarán de por vida, tatuadas en nuestras cuerdas vocales.
Quiero pensar en que esto es un inicio de despedida, algo así como una crónica personal de las palabras en tiempos del coronavirus.
No se me asusten, creo que será breve y espero que ligero. No se descarta la cancelación, tan de moda.
Próximamente, primera entrega.
> Si te animas a participar, esto podría ser mucho más interesante. Déjanos tu comentario, propón tu palabra de la pandemia, y su significado, personal e intransferible.