Caminando por el Paseo de las Delicias desde la Plaza de Legazpi, a pocos metros de dejar la plaza, un edificio llamará poderosamente la atención del paseante. Se trata de una construcción de color verde, si bien cuando se profundiza en la observación y se eleva la mirada al cielo, se descubrirá un ‘duplicado’ del edificio en altura, que emerge desde su parte posterior en color ocre.
El Perro Paco intentó colarse en el interior de la que siempre le refirieron como la ‘Casa Verde’, pero fue interceptado en la misma puerta por el conserje del edificio, quien, como fiel guardián de su feudo, salió a su paso para interesarse por sus intenciones. Nuestro amigo no escondió su curiosidad y le preguntó por el uso y origen de tan singular edificio. En principio receloso, el portero informó al perro de que se trataba simplemente de un edificio de viviendas. Poco a poco, el hombre se fue animando a ofrecer algo más de información, con cuentagotas, todo sea dicho, para indicar que fue restaurado en los años 80 y que la fachada estaba protegida. También, ante las preguntas del cotilla can, le indicó que en origen fue una fábrica.
Picado por la curiosidad, el Perro Paco me encomendó a mí, como humilde plumilla y amigo, que buscara información al respecto y esto es lo que he podido encontrar.
Los números 137 y 139 del Paseo de las Delicias se corresponden con el conocido como Edificio Corominas, donde estuvo ubicada la fábrica de La Coromina Industrial S.A., según información recabada en el Inventario y Atlas de Arquitectura y Patrimonio Industrial, realizado por la investigadora Laura García Rodríguez en 2018 para el Museo de Historia de Madrid.
Se trata en origen de un edificio, o un conjunto de edificios, construido en 1920 en estilo regionalista. Su uso actual es residencial y comercial, con varios locales en su planta baja, aparentemente de poco interés: una tienda de alimentación, un comercio de reparación y venta de accesorios de teléfonos móviles y un bar llamado Kubo Loco. Antiguamente, el Edificio Corominas comprendía la fábrica de La Coromina Industrial, dedicada a la producción de ácido carbónico líquido y que daba a la calle Embajadores; un edificio dedicado a su administración y a viviendas, que miraba al Paseo de Delicias y, entre ambos, una nave en la que se producía el anhídrido carbónico y sulfuroso. Un gran alero y un frontón triangular en el centro del edificio son los dos elementos arquitectónicos más llamativos del edificio, junto a su inconfundible color verde.
Siguiendo lo referido por el conserje de la finca, el Inventario de García Rodríguez confirma que la fachada del edificio que da al Paseo de las Delicias goza de alguna forma de protección que obliga a su conservación. Esta protección condicionó las obras de ampliación y rehabilitación llevadas a cabo en los años 80, ejecutadas entre 1984 y 1985 para ampliar su capacidad de albergar viviendas. Según el proyecto de los arquitectos Guillermo Cabeza Arnaiz y Luis Moya González, se construyó un volumen retranqueado, que aportaba tres nuevas alturas y que está formado por tres cuerpos que repiten la estructura del edificio original, con remate por medio de un alero y un frontón triangular. Los colores siguen siendo los mismos -verde oscuro y ocre-, pero en este caso, en el volumen resultado de esta ampliación, el color principal pasa a ser el ocre, de manera que, cromáticamente, una parte es el negativo de la otra, como aparece en la explicación del proyecto recogida por la revista Arquitectura en 1983.
Esta obra de ampliación es la suerte que corrió el edificio destinado a usos administrativos y residenciales, porque la fábrica, con el cambio de la fisonomía de todo el distrito de Arganzuela, acabó desapareciendo.
Seguiremos investigando.
> Si quieres saber más sobre el proyecto de rehabilitación y ampliación del Edificio Corominas, puedes consultar el número 245 de la revista Arquitectura del COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid), correspondiente a Noviembre-Diciembre de 1983. Accede aquí.
> Si te interesa el patrimonio industrial de la ciudad de Madrid, es muy recomendable el inventario realizado por Laura García Rodríguez en 2018 para el Museo de Historia de Madrid. Accede aquí.
> ¿Quieres conocer los rincones preferidos del Perro Paco? Pincha aquí.
Bonito es. Parece una fachada holandesa. Aunque le faltan unos cuantos geranios rojos en los balcones para lucir especial.
Gracias por leer y comentar, Margarita. Y tienes razón, flores no se ven muchas, es raro.
Un cordial saludo
Santiago
Paso una vez por semana por delante del edificio verde y siempre me llamó la atención,muchas gracias por la información.
Muchas gracias a ti, por pasarte por aquí, leer y comentar.
Un saludo muy cordial
Santiago