El Perro Paco está inquieto,
¿qué tendrá el Perro Paco?
En cuanto se aproxima
en sus rondas y paseos
a la Puerta del Sol,
comienza a rascarse el lomo.
«Me la han colado»,
masculla el perro,
entre colmillos.
«Nos la han colado»,
insiste,
entre callejeos sin rumbo
por el barrio de las Letras,
muy cerca de la Plaza de las Cortes.
Se refiere,
claro está,
a la reciente
guerra de bandas en el PP,
el partido que gobierna,
desde hace una jartá de años,
la Comunidad de Madrid.
El Perro Paco se había mostrado ufano,
en los días posteriores
a la memorable comparecencia de la presidenta Ayuso.
El motivo de su orgullo era haber tenido la suerte de predecir
con bastante tino
el tablero de vencedores y vencidos
de aquella batalla
política.
Puedes leer aquello si lo deseas.
Y, sin embargo,
este rascamiento
ha terminado por eliminar cualquier rastro
de satisfacción perrocéntrica.
«Nos la han colado. Una vez más».
gruñe Paco.
Fue su amigo el petirrojo,
siempre más templado,
siempre más distante,
de las diatribas y afanes humanos,
quien le bajó a la tierra de una.
¿Y si todo fuera falso?
¿Y si fuera todo
una mentira?
Pio el ave.
¿Y si fuera mentira todo?
Se quedó resonando en su cabeza
de perro.
¿Y si todo fuera un decorado?
Le espetó el ave.
Isabel Díaz Ayuso acudió
a aquella comparecencia hipnótica
del 17 de febrero
con camisa negra de enterradora
parcialmente oculta
por su chaqueta blanca.
Para disimular
y no anticipar
de forma descarada
la estocada planeada.
En retorcida repetición,
o tal vez sólo,
en la perturbada
imaginación de Paco,
el rojo del fondo de la escena.
Un rojo de Madrid,
cierto,
pero también de sangre,
disimulado de nuevo,
con algo de blanco en su composición,
para atenuarlo,
para disimular
de nuevo.
El pelo recogido,
despejando su cara,
inocente de toda acusación,
transparente,
pero dejando caer
un mechón,
rizado, rebelde,
como una daga
bien afilada,
sobre el lado diestro
de su frente,
precisamente.
Isabel fue al grano,
es decir,
al cuello.
Fue a la cabeza
del partido.
A la que acusó
de conspiración.
De espionaje,
de persecución.
De traición.
A ella, que siempre fue honesta,
Que siempre se desvivió
por su partido,
que tanto ha dado.
Así le pagaban
en su propia casa
a la novia leal,
a la que nunca rompió un plato.
El siniestro aparato,
la mafia genovesa
-maravillosa expresión-,
yendo,
sin escrúpulos,
contra lo que más quería:
su familia.
Contra Ella,
la princesa del pueblo,
la heredera sin rival
del testigo
de Belén Esteban.
Ella,
a quienes dedican
los Huevos a la Ayuso,
algunos hosteleros
de la Plaza de Cascorro.
El guión fue perfecto.
Y rotundo.
Certero.
Directa,
sin titubeos,
sin parpadeos,
la presidenta,
rebelde,
atacó a la cabeza.
Convocó el duelo,
desenfundó primero
y disparó la primera,
la primerísima.
La respuesta de Casado
llegó con Herrera
en la COPE,
en la mañana siguiente.
Como en aquellas películas,
hubo un instante,
unas horas,
que duraron días,
de incertidumbre,
en las que no supimos
quién caería,
pero la bala estaba dentro
y era mortal.
Lo único que atinó a ver,
en realidad,
el Perro Paco
fue el dibujo de las fichas de dominó
dispuestas sobre la mesa.
El cadáver cayó al suelo.
Los cadáveres.
Compramos.
El Perro Paco se sigue rascando,
se hace herida.
Sólo se hace preguntas:
¿Por qué pareció nuevo lo que no lo era?
(el caso de enorme olor a podrido
de los dineros recibidos por el hermano de Ayuso
procedentes de contratos públicos)
¿Qué demostró exactamente Ayuso sobre
el supuesto espionaje al que estaba sometida?
¿Por qué la puesta en escena de aquella comparecencia
fue tan brillante, tan potente, tan impoluta?
Algo no encaja en tal ejecución, en humana comparación
con la zozobra de Casado y los suyos en los días siguientes.
¿Por qué eligió Ayuso ese momento, ese día, esa semana?
¿Qué relación existe con la posterior luz verde del partido
al gobierno con la extrema derecha de VOX
en Castilla y León?
Un paréntesis.
Casado será lo que sea,
pero nadie le quitará dos cosas:
haber sido el único líder nacional del PP
elegido democráticamente por los suyos en primarias,
y haber lanzado el discurso más duro y más rupturista
de un líder de su partido,
el PP,
hacia la extrema derecha de VOX,
(moción de censura contra Sánchez,
octubre de 2020).
¿Y si todo fuera mentira?
¿Y si hubiera sido,
como algunas voces han dicho,
una suerte de golpe de estado
dentro del partido,
premeditadamente diseñado y ejecutado?
Y en tal caso,
¿quiénes son los ideólogos de tal jugada,
de tal golpe?
Permitan a este perro, que valora
las capacidades políticas de Ayuso en su justa medida,
que no se crea que es sólo ella.
Que tampoco puede ser sólo el tal MAR,
Miguel Ángel Rodríguez,
el jefe de gabinete de la presidenta,
hombre de confianza de José María Aznar,
que fuera secretario de estado de comunicación
durante su gobierno.
¿Quiénes detrás de Ayuso y de MAR?
Capaz se equivoca,
pero al Perro Paco le cuesta horrores
pensar en un poder tan concentrado,
y se inclina más,
así le gustan a él
las intrigas políticas,
por señores X,
de la política, de la ex política
y de quién sabe qué otras esferas.
¿Quiénes decidieron el golpe?
¿Cuál es su plan?
A estas preguntas,
el Perro Paco
no puede responder.
Se necesita,
para ello,
de periodismo.
Búsquenlo.
Es un mensaje
de salud pública
del Perro Paco.
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El Perro Paco
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