Decíamos ayer que fue Joseph Decaisne el primero en describir para la ciencia al Peral de Flor, allá por el año 1872, bautizándole como Pyrus Calleryana, con el nombre del misionero italo-francés Joseph-Marie Callery, que había enviado los primeros ejemplares de esta especie a Europa desde China.
Nuestro documentalista de cabecera, el petirrojo amigo del Perro Paco a quien algunos lectores conocerán, pero de quien seguimos desconociendo el nombre, nos envía algunas notas, a modo de pie de página, sobre aquel botánico franco-belga de apellido Decaisne cuya vida transcurrió a lo largo del siglo XIX, desde su nacimiento en 1807 hasta su muerte en 1882.
Joseph había nacido en Bruselas en el seno de una familia con cuatro hijos en la que el padre falleció pronto y que resolvió emigrar a París en la década de 1820 buscando mejores horizontes. En 1824, con 17 años, el muchacho consigue entrar como jardinero en el Museo de Historia Natural de la capital francesa, gracias a otro jardinero que había conocido y que le facilitó el ingreso. Este sería el inicio de una larga carrera profesional y de toda una vida vinculada a la institución y a la botánica. El aprendizaje de la práctica, junto al estudio intenso y constante, permitieron a Decaisne ir paliando poco a poco su falta de formación inicial.
Con el transcurrir del tiempo y a base de mucho trabajo, Decaisne acabará por convertirse en experto en la descripción y clasificación de plantas, estudiando numerosos ejemplares llevados hasta Francia por los exploradores de su tiempo. Joseph Decaisne participó en el estudio de las plantas de la expedición de Dumont d’Urville al Polo Sur, del viaje a Oceanía de Abel Aubert du Petit Thouars o las expediciones a la India por Victor Jacquemont.
El botánico francés cultivó intereses botánicos muy variados con gran intensidad, como las aplicaciones agrícolas de las plantas o el mundo de las algas, pero entre todos ellos sobresale el estudio y la dedicación que ofreció a un árbol frutal con numerosas variedades: los perales.
Mediado el siglo XIX ya se conocían alrededor de 350 variedades de peral. Seis de los nueve volúmenes de la gran obra para la posteridad de Decaisne, “El jardín de frutas del Museo” (Le jardin frutier du Muséum), que recoge todo el saber acumulado de quien fue el director del jardín de frutas del Museo de Historia Natural francés, están dedicados a los perales.
Ha sido precisamente un peral, el Pyrus Calleryana o Peral de Flor, descrito por Decaisne y que llegó a Europa desde su atmósfera original en China y el sudeste asiático, el que ha traído a colación este pie de página dedicado a este botánico francés. Actualmente se estima que alrededor de 7.000 perales de flor pueblan las calles de Madrid.
Joseph Decaisne fue uno de los catorce fundadores de la Sociedad Botánica de Francia en 1854 y perteneció asimismo a la Academia de las Ciencias de Francia y a la Royal Society de Londres. Ha recibido el mejor reconocimiento de sus colegas, nombrando en su honor, por ejemplo, a un género de orquídeas, llamadas Decaisnea.
En 1882, en tiempos del Perro Paco, edición original, falleció de manera repentina Joseph Decaisne. Sus restos mortales descansan en el cementerio parisino de Monmartre.
El curioso amigo del Perro Paco, el ilustrado petirrojo, se ha basado en sus notas en el artículo dedicado a Decaisne y a su obra publicado en la web de AREHN (Agence Régionale de l’Environnement de Haute-Normandie).
El retrato, de dominio público, fue publicado en 1882 en “Revue de l’horticulture belge et étrangère”.