Decía el escritor ruso León Tolstoi a finales del siglo XIX: «En toda la historia no hay una guerra que no haya sido organizada por los gobiernos, sólo los gobiernos, independientemente de los intereses de la gente, a quienes la guerra siempre es perniciosa incluso cuando tiene éxito».
Ni Putin ni la OTAN defienden los intereses de las personas trabajadoras. En vísperas de la reunión de los ‘señores de la guerra’ en Madrid, en la Cumbre de la OTAN, miles de madrileños y madrileñas han salido a la calle por la paz. El movimiento social pacifista critica la escalada bélica que se vive a nivel global, impulsada en gran medida por el expansionismo de la OTAN y el ultranacionalismo ruso.
La Rusia de Putin arrasa Ucrania en nombre de los oligarcas rusos, como antes hizo EE. UU. en Irak en nombre de sus petroleras. EE.UU. impulsa la expansión de la OTAN hacia Europa oriental y no le duelen prendas porque los soldados que caen en el frente son ucranios y rusos. Más difícil de entender sea quizá la postura seguidista de la UE, quien ve como sus poblaciones sufren la crisis inflacionista, sin haber salido aún de la crisis provocada por la Covid. Pero en el fondo, las clases dirigentes de Rusia, EE.UU. y la UE, mueven sus respectivos peones en el tablero geoestratégico del siglo XXI. La ‘nueva guerra fría’ difícilmente les acabará salpicando a ellos. Harina de otro costal es lo que pase con el sufrimiento de los pueblos.
Mientras el gobierno socialdemócrata de PSOE-UP aumenta el presupuesto militar en plena crisis económica, decenas de organizaciones sociales y sindicales han reclamado ese mismo dinero público para educación, salud, cuidados y un verdadero tránsito hacia una economía social y ecológica verdaderamente sostenible. El Madrid rebelde, el Madrid de abajo, ha vuelto a responder.
En Kiev, en Donbass, en Siria, Kurdistán, Nueva York o Madrid, quienes costean y sufren las guerras son los pueblos, los trabajadores y trabajadoras. Los pueblos ponen los muertos civiles y militares, pagan los impuestos y sufren la escasez y la inflación. Romper las lógicas militaristas y de bloques, a las que nos quieren someter las élites económicas, políticas y militares que durante esta semana se reunirán en Madrid, es indispensable para avanzar hacia un mundo de paz y cooperación.
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Alejandro Prieto