Historias mínimas
El pasado 12 de mayo de 2022 -sí, ya saben que esta es una revista de parsimoniosa y atemporal actualidad-, tuvo lugar en la Facultad de Matemáticas del Campus de Ciudad Universitaria una ceremonia muy especial, aunque probablemente pasara desapercibida para la mayor parte de la ciudad.
Esa tarde, en su salón de actos, tuvo lugar la graduación de la XIX promoción de la Universidad para Mayores de la UCM (Universidad Complutense de Madrid).
Una ceremonia que se celebró con un año de retraso con respecto a la fecha en la que tendría que haberse realizado. El motivo: la pandemia de la covid-19, que dejó en suspenso la vida cotidiana para todos, pero muy especialmente para los mayores, entre la amenaza real de la enfermedad y la epidemia del miedo.
Cabelleras blancas, grises, cabezas despejadas en las primeras filas del salón de actos. También con mechas, oiga. En las filas traseras, los acompañantes, orgullosos del logro de sus madres, padres, abuelas, tías, amigos.
El tiempo no esperó a 13 estudiantes de la XIX promoción, recordados uno a uno con un aplauso y con todos sus nombres, pronunciados en voz alta y de forma solemne, entre el escalofrío y la emoción de los asistentes. De esta guerra, o lo que fuera, evidentemente no salimos todos.
La representante de los alumnos en la ceremonia resume el sentido de la elección vital de matricularse en la universidad cumplidos los 50: el placer de estudiar y de aprender por el afán de conocimiento, “liberados de la presión juvenil de construir un futuro profesional”.
El director académico de la Universidad para Mayores, Marcos Roca Sierra, aludió, haciendo visibles, a las incomprensiones y barreras que se encuentran las personas involucradas en un proyecto como este, para ser reconocido, de igual a igual, en el seno de la propia Universidad. En realidad no importan, no son importantes: “Cultivamos una rosa blanca”.
Sobrevuelan en las intervenciones repetidas referencias a “Territorio”, una columna de Manuel Vicent, publicada en el diario El País en 2005.
“Hagamos del tiempo nuestro territorio“, nos dice, de nuevo, la representante estudiantil. Como hicimos nuestra esta universidad.
No cabe duda. Vencieron.
Enhorabuena del Perro Paco a la XIX promoción de la Universidad para Mayores y, muy especialmente, a nuestra Irene Paz.
Enhorabuena a todas las personas que hacen cosas “por amor al arte”, en una sociedad tan materialista e interesada. ¡Enhorabuena a la XIX promoción de la Universidad de Mayores de la Complutense!
¡Guau, guau, guau!