Malísima cosecha de patatas. Sembramos a mediados de marzo 10 kilos y poco más hemos cosechado. La sequía de primavera, donde apenas ha llovido nada, unida a las tempranas olas de calor de este año, han terminado de arruinar el cultivo de la patata.
En agricultura dos más dos rara vez son cuatro y nunca sabrás exactamente por qué un cultivo va bien y otro no, pero es evidente, para quien lleva años cultivando la tierra, que el calentamiento global está teniendo consecuencias negativas para la producción agropecuaria. A pequeña escala nosotros lo vemos en nuestra huerta. Las plantas no se desarrollan todo lo que debieran, la temperatura de la tierra es excesiva y el riego no logra paliar los grados de más. La consecuencia lógica es que la producción es menor y en casos extremos, como ha ocurrido con el patatal, no recoges nada, salvo la frustración de meses de labor en vano. Incluso las gallinas del corral ponen menos huevos.
Pese a la retórica vacua de los políticos de turno, el calentamiento global es notable y sus consecuencias las vemos claramente las personas que trabajamos con la Naturaleza. ¿Sabremos tomar medidas a tiempo para no desquiciar aún más los ritmos naturales que la Madre Tierra ha establecido de forma equilibrada a lo largo de milenios?
Pareciera como si mientras que abramos el grifo y salga agua no fuéramos conscientes de la sequía que vivimos. Pareciera que los incendios forestales no nos afectan si sólo los vemos en la tele. La Naturaleza nos está avisando hace mucho.
En cualquier caso, un fracaso en la huerta no nos va a tumbar. Forma parte de nuestro aprendizaje permanente. El próximo marzo volveremos a sembrar nuestro patatal. Dejaremos el pesimismo para tiempos mejores.
.
Mariano Ramos 👨🏻🌾 – La Huerta de Rocío 👩🏻🌾
.