Café y croissant

¡Te he dicho que sin mantequilla!

El otro día estaba en una terraza maravillosa esperando mi café.

Cuando vino la camarera con él, vi que tenía los ojos encharcados en lágrimas, y aún así, me echó media sonrisa y me dijo:

Que lo disfrute…

Y se fue a la mesa que tenía al lado con una pareja jovencita a dejarles sus respectivos desayunos.

En ese mismo momento, el chico se quejó y le gritó:

¡Te he dicho que sin mantequilla!

Ella, nerviosa, rápidamente lo recogió y se metió dentro del bar para cambiárselo.

Me fue imposible no ponerme en el lugar de la camarera y no preguntarme sobre lo importante que es la hostelería y el poco valor que se da a las personas que trabajan en ella. Como clientes, damos por hecho que un servicio por el que pagamos debe ser óptimo y eficaz, pero se nos olvida que quienes nos están sirviendo son personas como nosotros, con buenos y malos días.

La hostelería puede ser un trabajo maravilloso en ocasiones, pero es esclavo y muy cansado. Por ello, deberíamos empatizar con las personas que trabajan en ella, porque además las condiciones bajo las que lo hacen en España son una burla a su integridad.

Como cliente me fijo en los detalles y me percato de cuál es el trato que recibe la persona que está trabajando. Pero solo quien ha trabajado en hostelería sabe lo lastimoso que es que te minusvaloren así. Yo lo sé, pues he estado muchas veces en el otro lado y sé a ciencia cierta lo importante que es que te agradezcan tu trabajo, que te valoren y que te respeten.

Los trabajadores de hostelería consiguen hacer más agradable nuestra velada. Hagamos por que su jornada laboral también lo sea. Una simple sonrisa, un comentario amable pueden hacerte sentir valioso y justipreciar lo divertido que es trabajar cara al público. Porque realmente lo es.

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Carmen Sanfiz Sánchez

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2 Replies to “¡Te he dicho que sin mantequilla!”

  1. Toda la razón, Carmen. La hostelería, al igual que otros trabajos manuales y de cara al público, está totalmente minusvalorada. Además, es un fiel reflejo de la sociedad a la que sirve, pues se ve sin tapujos la poca educación de muchos clientes y los abusos de otros tantos empresarios.

  2. Totalmente de acuerdo,en esto tengo experiencia y hay de todo clientes que te hacen sentir bien y otros que te amargan para el resto de la jornada,la clave es conseguir que te afecte el mínimo,esto se suele conseguir con los años de experiencia,en mi caso no me puedo quejar pues abunda más lo bueno.

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