Este viernes 11 de noviembre se han cumplido 15 años desde aquella mañana en la que el joven antifascista Carlos Palomino, de sólo 16 años, fue asesinado por una puñalada asestada por un joven militar de ideología neonazi llamado Josué Estébanez en el metro de Madrid. Carlos se dirigía aquella mañana de domingo a participar en una protesta convocada en el madrileño barrio de Usera para responder a la manifestación ultraderechista y xenófoba que se había convocado en este distrito popular y mestizo de Madrid.
Como todos los años desde entonces, en la tarde de este viernes 11 de noviembre en Madrid, una manifestación ha rendido homenaje a la memoria de Carlos, convertido, desgraciadamente, en un símbolo de la lucha antifascista en la ciudad de Madrid y mucho más allá de los límites del Foro.
El Perro Paco ha podido hablar con su buen amigo Huracán, que una vez más no se ha perdido la manifestación del 11-N en recuerdo de Carlos. Esta es la crónica hablada, espontánea y de urgencia, de Huracán para el Perro Paco.
“(…) A las ocho y diecisiete, cuando hemos llegado, la plaza de Julián Marías estaba todavía súper vacía, pero luego de repente, a partir de las ocho y media ha empezado a aparecer gente, a aparecer gente y se ha petado muchísimo. Había una buena organización, con bastante cordón de seguridad y al principio sólo nos han dejado ocupar un carril, por lo que íbamos un poco apretados, pero luego la policía ya había dicho que según estimase nos iba a dejar ocupar los dos carriles y así ha sido. La verdad es que ha habido varios miles de personas, no te sabría decir cuántas, porque desde donde yo estaba era muy difícil ver el principio y el final, pero bastante gente, la gente bastante animada, coreando consignas. Gente muy joven, cosa que es muy importante porque estamos hablando de muchos chavales de 20, 25 años, que hace 15 años igual tenían 10 años, y aún así ahí estaban. También muchas caras de viejos conocidos. Y, sobre todo, banderas antifascistas y banderas de Carlos. De vez en cuando se iba parando, se iban leyendo cosas sobre el caso, se han estado encendiendo bengalas…”.
“La marcha ha transcurrido bastante tranquila, con un amplio despliegue policial, pero que se han mantenido a cierta distancia sin mayor provocación. Había también presencia de antifascistas alemanes, italianos y franceses, que van a participar en las Jornadas Antifascistas de mañana y han aprovechado para estar en la movilización. También se veía a bastantes antifascistas, de los que han militado estos años de atrás, que venían con sus niños a hombros o en carritos. Gente mayor, gente joven, muy guay, muy bonito, emotivo. Se ha llegado a la puerta del metro de Legazpi, donde se han leído los comunicados. Han participado varias personas, hablando. También estaba la madre de Carlos presente. Se ha guardado un minuto de silencio, se han escuchado gritos sobre todo de ‘Aquí están los antifascistas’, ‘Carlos hermano, nosotros no olvidamos’, ‘Madrid será la tumba del fascismo’ y ‘Viva la lucha de la clase obrera”. La gente también aplaudiendo desde las ventanas y mirando, como siempre, por el barrio de Usera”.
“Luego ya pues se ha desconvocado y cada mochuelo a su olivo. Ya desde el punto de vista más personal, nos hemos encontrado mucha gente que hacía tiempo que no nos veíamos, que cada uno tiene su vida, sus hijos, su familia, lo que sea, pero que vivimos juntos todas esas jornadas, tanto la muerte de Carlos como todo lo que vino después, y hace mucho que no nos vemos, pero que siempre, por lo menos el 11 de noviembre, nos encontramos seguro“.
“Y aparte de todo esto, y de la manifestación, mañana son las jornadas, en las que habrá familiares de Roger, de Santi, de Guillem Agulló; gente hablando de diversos casos de represión a antifascistas, desde distintas partes del Estado. Y por la tarde habrá también amigos y familiares de Clément Meric, de París; de Dax, de Milán y gente de Alemania, así que la cosa continúa”.
“Como anécdota curiosa, te diré, Paco, que cuando hemos llegado nos hemos metido en un bar para esperar hasta que llegase más gente. Cuando ha empezado a llegar la gente del cordón de seguridad, la camarera ha empezado a preguntar “¿Qué pasa? ¿Hay una mani o algo?” Y un señor que estaba ahí sentado, todo normal, ha respondido: “Esto es por lo del chaval aquel que mataron”. Yo he aprovechado para explicar un poco más, claro, y cómo le acaban de conceder al asesino el primer permiso sin cumplir las condiciones para recibirlo. Y el hombre este que estaba ahí ha dicho: “Ojalá se muera o se pudra el hijo de puta ese”.
Josué Estebánez mató a Carlos Palomino aquel 11 de noviembre de 2007. Fue condenado a 26 años por asesinato por motivos ideológicos e intento de homicidio (dejó varios heridos). Ahora, 15 años después, acaba de recibir su primer permiso penitenciario para salir de prisión durante varios días, coincidiendo precisamente con el 15 aniversario del asesinato de Carlos. Entre la familia, los amigos y el mundo antifascista este anuncio ha causado estupor y mucha agitación, tanto por coincidir en el tiempo con fecha tan simbólica y dolorosa, como por las circunstancias que han rodeado a la concesión del permiso, sin que el condenado haya abonado la responsabilidad civil que aún adeuda y sin que la familia de Carlos haya sido avisada de la salida de la cárcel del asesino.