Crónicas de media distancia nace con la vocación de narrar las vivencias de las personas que utilizamos el tren como medio para acercarnos y acercar la realidad de nuestros municipios a la gran urbe de Madrid.
Han pasado casi tres años desde la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte público. El covid poco a poco va dejando hueco libre en nuestros usos y costumbres y, con ello, vamos despidiéndonos poco a poco de ella. Desde este 8 de febrero ya no la necesitamos para subir al tren.
Buen momento para mostrar cómo late, suena y respira uno de los medios de transporte público que acercan a diario a cientos de trabajadores venidos del lejano Oeste. No es otro que el media distancia (la diligencia, para las amigas) frecuentado por un público heterogéneo: trabajadores madrileños, de otras comunidades autónomas, viajeros, turistas…
Tomar este tren a diario es conocer la mirada de los habituales del tren de las 8:33, parada en Zarzalejo destino Príncipe Pío. Antes de llegar y como cada mañana, nuestro protagonista deja a su paso su estela mañanera por distintas localidades que me dispongo a enumerar: Santa María de la Alameda, Robledo de Chavela, Zarzalejo, El Escorial, Villalba de Guadarrama y, por último, Príncipe Pío.
Aunque parezca mentira, a día de hoy existen lugares dentro de la geografía madrileña donde no llega el servicio de Cercanías Madrid. Uno de esos lugares es Zarzalejo. Les vecines de estas localidades no entienden por qué, teniendo estaciones de tren y vías ferroviarias, no se puede llevar a cabo la ampliación de la línea C3 que se interrumpe en El Escorial. Debido a esta anomalía en el espacio tiempo, existen algunas poblaciones como Santa María de la Alameda, Robledo de Chavela y Zarzalejo, cuya conexión a Madrid se realiza a través de RENFE mediante sus trenes regionales y de media distancia.
Desde hace unos cuantos años, RENFE firmó un convenio con la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid que se ha ido prorrogando y que permite el uso de estos trenes por los casi 8.000 vecinos, vecinas y vecines de estas localidades, aunque en realidad, y debido a la escasez de trenes y horarios, se cuentan por solo unas decenas las personas que deciden usar el tren frente al vehículo individual menos económico y más contaminante para acceder a Madrid.
Bajo esta demanda nació la Plataforma ¡Cercanías Ya! que desde hace años está presente en cada renovación del convenio y que tendrá que ser prorrogado nuevamente en 2024. Su labor radica en seguir presionando y visibilizando la problemática de estas localidades cuyos vecinos no cuentan con los mismos derechos que otros madrileños a pesar de pagar su abono C2 religiosamente.
Sirva este relato como entradilla para contextualizar brevemente el escenario en el que nos encontramos los habitantes autóctonos y migrados a la Sierra Oeste madrileña.
Aunque no queremos desviarnos demasiado, ya que la noticia importante de estos días es la entrada en vigor de la nueva medida que permite usar o no la mascarilla en el transporte público. Hoy nos descubrimos y, nunca mejor dicho, nos ponemos cara les unes a les otres, los revisores descansan tranquilos porque ya no tienen que llamar la atención a los numerosos viajeros que por despiste o adrede no usaban la mascarilla como indicaba la norma.
Hoy nos volvemos a sentar juntitos o más juntitos, si cabe. Nos miramos y con sorpresa vemos que no somos tan guapes como nos habíamos imaginado porque la nariz regula la hermosura y tras nuestras máscaras se esconde aquello que nos hace ser visibles tal y como somos. Hoy, el rebelde tendrá que buscar nuevos límites que saltarse, el leal a las normas podrá respirar tranquilo y decidir qué hacer sin sentir la duda sobre su espalda, el precavido podrá seguir usando su mascarilla sin problemas… Hoy, ladies and gentlemen, la diligencia del lejano Oeste llega a su destino a cara descubierta y con algo de retraso, para no perder las buenas costumbres.
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Rafa Ramos Claudio
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Pues espero que consigáis ese tren de cercanías para Zarzalejo, Rafa. Debieran invertir más en el ferrocarril tradicional y de cercanías, que articula el territorio y favorece la población del mundo rural, por encima de la Alta Velocidad, que requiere grandes inversiones, tiene un impacto ecológico en el territorio mayor y además elimina estaciones de tren en pueblos pequeños y medianos.
¡Muchas gracias Alejandra!
Un saludo