La nariz de un veterano militante
He de confesar que no me tomé muy en serio a la Sra. Díaz Ayuso durante la pre y la campaña de 2021. Decía demasiadas cosas raras (a mí, algunas me parecían verdaderas tonterías) y desconozco si eran de su propia cosecha o aconsejadas por alguno de sus ‘famosos’ asesores. Soltaba frases como “voy a reducir las listas de espera” o “voy a reforzar la atención primaria”, y ya sabemos cómo está la sanidad pública en Madrid (como la educación pública y otras muchas cosas). Otras ‘joyas’ que escupía eran “vivir a la madrileña”, “tomar cañas”, “tienes que votar a quien te da de comer” y hasta “comunismo o libertad” -pequeño inciso: no le vendría mal a la Sra. Díaz Ayuso copiar algunas de las cualidades de los comunistas, como la solidaridad, la capacidad de entrega y sacrificio, la predisposición al diálogo y la reconciliación, etc.-. Seguramente, sería más normal y mejor persona.
Ahora conviene recordar sus actitudes y hechos reales, como soltar durante un debate en la cámara de la Asamblea, con relación a la izquierda, “matadla”, o esa especie de obsesión que tiene por compararse con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pasando por encima del propio presidente de turno de su partido (el anterior, al que consiguió echar, y el actual), sin consecuencia alguna a nivel de organización. Hechos no menores son el dejar morir a más de 7.000 mayores en residencias de la Comunidad durante la pandemia y que su hermano se lucre con la operación de las mascarillas.
Me parece necesario denunciar algo que puede ser legal pero desde luego es inmoral lo que hizo en esas elecciones autonómicas de 2021, que anticipó dos años por pura conveniencia partidista. Veo poco decente hacerlas en un momento en que estábamos saliendo de la crisis pandémica del covid; habíamos estado recluidos en casa; estábamos recobrando poco a poco la libertad; los profesionales de la sanidad pública, a los que aplaudíamos todas las tardes, estaban saturados de trabajo y muchos enfermaron e incluso algunos fallecieron; y la Sra. Díaz Ayuso, a lo suyo. Se montó la campaña, con frases como las señaladas al principio, sin tener en cuenta para nada los sentimientos y precauciones de los demás.
En cuanto a resultados materiales en esas elecciones de 2021, nada que objetar. Ganó con 1.620.000 votos (44,73 % y 65 escaños). La mayoría absoluta estaba en 69 escaños y le bastaba con 4 de VOX, que había conseguido 330.000 votos (9,13 % y 13 escaños). No le había ido tan bien en las de 2019, en las que obtuvo sólo 30 escaños; estas elecciones las había ganado el PSOE con 37 escaños, pero con los 7 de UP no alcanzaban la mayoría, que entonces estaba en 67 escaños. Los 30 del PP, más los 26 de Ciudadanos y los 12 de VOX, le valieron para conseguir el Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Y, aprovechándose de las debilidades, los temores y las dudas de los demás por la pandemia, buscó el atajo, insisto, inmoral, para aumentar su ventaja representativa. Mi impresión personal es que el resultado no es ajeno a la división, como casi siempre, y la abstención, también como casi siempre, de la izquierda; y, creo, el voto masivo de personas que, profesionalmente, y seguramente con largas jornadas de trabajo y mal remuneradas, estaban ligadas, directa o indirectamente, a la hostelería, con tal de intentar conservar su puesto de trabajo.
En cuanto al Ayuntamiento de Madrid, las elecciones de 2019 tampoco las ganó el PP, que sacó 15 concejalías. Las ganó Más Madrid, con 19 concejales, pero que, sumándoles los 8 del PSOE (que fracasó), no daban para la mayoría, que estaba en 29 concejalías. Hay que recordar que IU-MpM nada más sacó 43.000 votos, inferior al 5%, mínimo necesario para obtener representación. Martínez Almeida fue nombrado alcalde con el apoyo de Ciudadanos, que había obtenido 11 concejalías, y las 4 de VOX.
Sí, urge conseguir un cambio. Madrid se merece otra/o presidente/a de la Comunidad y otro/a alcalde, sobre todo los que vivimos en las zonas periféricas y ciudades dormitorio, que somos muchos. Aparentemente, Madrid es conservadora, pero yo estimo que si se consigue reducir la abstención de la izquierda y aprovechar estos momentos de cierta tensión y movilizaciones en la calle, se puede conseguir. Veamos la situación: el PP parece bastante desgastado; en el Ayuntamiento, el problema de las talas de árboles; en la Comunidad, la situación de la sanidad, fundamentalmente, y el serio problema de las casas de San Fernando de Henares por las obras de la línea 7B del Metro, y en ambos casos las movilizaciones, tanto de profesionales, como de técnicos y de la ciudadanía. Se detecta cierta tensión y hartazgo en la gente por claros e incontestables casos de incumplimientos.
Por lo que respecta a la teórica izquierda, espero que el PSOE esta vez no falle, y en la izquierda real debe haber acuerdo entre Sumar y Podemos. Creo conocer lo suficiente a ambos grupos como para manifestar que entiendo las dos estrategias y que unos y otros tengan sus respectivas razones para desconfiar (esto casi da para otro artículo, no es el momento ni el lugar para especificarlas), pero cometerían un grave error si no son capaces de dejar al margen sus reticencias y aprovechar el prestigio personal de Yolanda Díaz y el tirón entre los votantes más jóvenes de Podemos. Ello conseguiría reducir bastante la abstención de posibles votantes de izquierda, como nadie ignora, más críticos. Los que suelen votar a la derecha exigen mucho menos, casi todo les vale, incluida la corrupción, y mantienen una fidelidad en el voto superior al 70%.
Ciudadanos está desaparecido, y en cuanto a VOX, confío en que disminuya su presencia, salpicado por los males del PP, al que apoya.
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Pedro Crespo Rubio
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El problema para muchas personas progresistas es que sienten que la “izquierda política” cuando llega al poder se queda en “política” y se olvida de la “izquierda” . El gobierno municipal de Manuela Carmena defraudó mucho en los barrios obreros y entre los movimientos sociales. No nos podemos olvidar, por ejemplo, del pelotazo urbanístico de la Operación Chamartín, del vergonzoso informe municipal favorable a la incineradora de Valdemingómez o del linchamiento político de los titiriteros acusados de apología del terrorismo.
Pero es verdad, Pedro, que a los Madriles, capital y comunidad, les vendría bien un cambio. Por lo menos para quitar la prepotencia de algunos gobernantes.
Interesante artículo. Una pequeña anotación. ” Sumar” no se presenta ni a las municipales ni a las autonómicas y ” Más Madrid” se ha negado a ir en coalición con “Unidas Podemos ”
Saludos cordiales