“Hay un valle en España llamado Jarama
es un lugar que nosotros conocemos bien.
Fue allí donde dimos nuestra virilidad
y donde cayeron nuestros valientes camaradas”
Estrofa de la canción Jarama Valley, popularizada por las Brigadas Internacionales
El sábado 29 de abril, más de un centenar de personas nos reuníamos en un campo a 5 kilómetros de Morata de Tajuña. Rodeados de olivares y campos verdes de cereales, bajo un cielo nublado, varias banderas republicanas ondean al viento. Los presentes rodean un monumento erigido en la tierra con piedras de la zona. Una estrella de cinco puntas y en medio una placa con los nombres de los brigadistas internacionales del Batallón Británico caídos en el Frente del Jarama en 1937. A la vera del Memorial, una ofrenda de flores a los caídos.
El acto ha sido organizado por la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI) y el Ayuntamiento de Morata de Tajuña. En el desarrollo del emotivo evento, se ha honrado la memoria de los jóvenes británicos que dieron su vida “en defensa de la democracia y la libertad”, durante la guerra civil española (1936-1939). Tras meses de investigación por parte de José María Olivera, 85 años después se ha dado con el enclave exacto que los voluntarios internacionales erigieron en las colinas de Morata de Tajuña en honor a sus camaradas muertos en el frente. Aquel Memorial original fue destruido por los franquistas tras el fin de la contienda. Ahora, 86 años después, estos luchadores antifascistas vuelven a ver dignificada su memoria gracias a la AABI y a la colaboración del Ayuntamiento de Morata de Tajuña, con la inauguración de un monumento réplica del original.
¿Quiénes fueron las Brigadas Internacionales?
Hombres y mujeres que de forma voluntaria vinieron, desde más de 50 países diferentes, a combatir y colaborar con el gobierno democrático de la II República durante la guerra civil española. Los generales golpistas, Franco, Mola y demás ralea, fueron ayudados a su vez por la dictadura fascista de Mussolini y por la nazi de Hitler. Se calcula que fueron alrededor de 35.000 voluntarios de las Brigadas Internacionales, de los que 9.000 cayeron en los campos de batalla españoles.
Los brigadistas declaraban solemnemente con estas palabras su incorporación al Ejército Popular de la República:
«Soy un voluntario de las Brigadas Internacionales porque admiro profundamente el valor y heroísmo del pueblo español en lucha contra el fascismo internacional; porque mis enemigos de siempre son los mismos que los del pueblo español. Porque si el fascismo vence en España, mañana vencerá en mi país y mi hogar será devastado. Porque soy un trabajador, un obrero, un campesino que prefiere morir de pie a vivir de rodillas. Estoy aquí porque soy un voluntario y daré, si es preciso, hasta la última gota de mi sangre por salvar la libertad de España, la libertad del mundo.«
Las Brigadas Internacionales fueron organizadas por los partidos comunistas del mundo entero y apoyadas por buena parte de los partidos socialistas. Sin embargo, en su seno se podían encontrar todo tipo de tendencias de la izquierda política, que entendían que la lucha contra el fascismo en España era solo el preludio de lo que todo el mundo ya vaticinaba como algo mayor, la posterior II Guerra Mundial.
Desde marzo hasta junio de 1937 hubo presencia de brigadistas en el Frente del Jarama y su participación fue decisiva para frenar el avance de los militares sublevados hacia la capital. En el otoño de 1936 las Brigadas Internacionales ya habían participado también en la defensa de Madrid, en los combates de la Casa de Campo y de Ciudad Universitaria. De ahí que el lema antifascista del “¡No pasarán!”, esté tan extendido en castellano por todo el mundo, como símbolo de la lucha por la libertad de los pueblos.
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Alejandro Prieto