Los paseos del Perro Paco
El Perro Paco se pasea hoy por el barrio de Moscardó y se detiene, moviendo el rabo, alegre, para observar y disfrutar de la belleza de las hortensias en flor en el espacio ajardinado, a pie de calle, de una de sus viviendas. Y es que siempre es un placer pasear por las tranquilas calles de este barrio del distrito madrileño de Usera, en el que se suceden los rincones con encanto por obra y gracia de unos vecinos que se esmeran en cuidar de sus jardines y aportar un cierto oasis a la mirada del paseante casual o habitual.
El origen de este recoleto barrio de casas bajas del sur de Madrid hay que buscarlo en los años 30 del siglo XX, en la creación de una de esas colonias de ‘casas ultrabaratas’ destinadas a familias trabajadoras con poca capacidad adquisitiva. El proyecto de la llamada Colonia Moscardó fue una iniciativa de Marcelo Usera, empresario agropecuario, militar y propietario de grandes terrenos al sur del río Manzanares. Se inició en 1929 y en un primer momento fue llamada Colonia Salud y Ahorro, pero para cuando llegó el momento de su inauguración, en 1943, tras la guerra, la colonia de humildes viviendas recibió el nombre del general José Moscardó, héroe militar del bando franquista por encabezar el golpe de Estado en Toledo y por su atrincheramiento en el Alcázar frente al asedio de las tropas republicanas. Pasó a la historia por el dudoso mérito de mostrarse dispuesto, durante aquel episodio de la guerra, al sacrificio de su hijo en beneficio de la pretendida causa patriota. El caso es que este bonito barrio de Usera lleva el nombre de este militar golpista.
Las hortensias rosadas que luce esta casa no son tan fáciles de cuidar en un clima tan duro y extremo como el madrileño. Por eso vemos sus flores mucho más a menudo en pueblos serranos o en latitudes más septentrionales, de climas más frescos, en lugares en los que el calor no apriete ni tan duro ni tan directo y en los que el agua sea más abundante. El premio a su alegría de vivir se manifiesta en forma de flores tan hermosas por lo bello y por lo grande, de tonos malvas, fucsias o rosados. Tras estas voluptuosas hortensias se encontrará seguro la buena y esforzada mano de alguna jardinera o algún jardinero tratándolas a cuerpo de rey.
Mucho menos vistosa aparece también en las fotografías una sobria, muy sobria, pequeña pancarta, colocada sobre una de las ventanas bajas de la vivienda, bajo su borde superior, tapando en parte el enrejado verde. Su mensaje en mayúsculas, en letras tan claras como austeras, escritas en negro, reza en dos líneas “MADRID RESISTIRÉ“, si bien la E del final también podría ser una A. ¡Cambia tanto una letra! ¿Es una promesa optimista? ¿Madrid resistirá una vez más? ¿Qué debe resistir ahora? Sé en lo que estás pensando ¿Cuándo se colocó esta pancarta en la ventana? ¿Lleva tal vez toda la vida ahí puesta? ¿O es más bien un grito individual e indómito de desesperación y compromiso firme consigo mismo? ¡No tiraré la toalla! ¿Resistiré erguido frente a todo? ¿Podré acaso ser como el junco? Es en efecto más que probable que esa pequeña tela se refiera a la canción famosísima del Dúo Dinámico que, de pronto, se convirtió en la canción de la pandemia, al menos en su primera fase. ¿Ya no se acuerdan? ¡Qué increíble! Tal vez la gritó entre lágrimas una persona solitaria entre las estrechas calles que unían las habitaciones de una casa con poca luz natural, alguien, un individuo, quizá un humano, en la más angustiosa soledad. Tal vez la cantó tan fuerte desde el interior de su enrejado que necesitó escribirlo y seguir gritando silenciosamente durante mucho más tiempo, como si fuera una especie de eco. Tal vez fue entonces cuando comenzó a cultivar flores de hortensia.
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Santi Gómez-Zorrilla
Fotos de Clara Columba
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No es la primera vez que el Perro Paco se pasea por el barrio de Moscardó. Estuvo, por ejemplo, caminando por la calle de la Nochebuena. ¡Sigue a este chucho! Pueden pasar cosas en su compañía por las calles de Madrid.
Qué mérito hortensias tan bien floridas en el tórrido estío madrileño.