El verano también es época para el senderismo. Eso sí, hay que elegir rutas adecuadas para prevenir insolaciones o golpes de calor. Sobre todo en estos tiempos de calentamiento global, que pese a los necios negacionistas, el calor no es ninguna broma.
Hoy nos hemos ido a la ribera del río Eresma, bajo la cúpula arbórea del Bosque de Valsaín, que ya nos cobijase el pasado estío como recordarán nuestros fieles lectores.
La verdad sea dicha, El Perro Paco es una revista castiza y nuestra ruta es segoviana, pero como cojeamos un poco de libertarios, nos saltamos la ‘frontera editorial’ de nuestro querido ‘dire’, Santiago Gómez-Zorrilla, y os contamos nuestra andanza. A fin de cuentas, el corzo en el bosque no se pregunta si está en Madrid o en Segovia cuando recorre la Sierra de Guadarrama.
Subimos y bajamos en coche el puerto de Navacerrada dirección Segovia, admirando por el camino el buen hacer de los esforzados ciclistas que emulan las míticas escaladas de Perico Delgado, hombre de la tierra.
Aparcamos en Pradera de Navalhorno y buscamos la ribera del río Eresma a las afueras del pueblo. Debido al estío baja poca agua, pero cristalina, lozana, agua joven de la sierra.
En los prados nos encontramos yeguadas con sus potrillos pastando libremente. Río arriba nos topamos con varios ejemplares de robles (Quercus robur) centenarios, más comunes en las tierras atlánticas de Iberia. Necesitamos el abrazo conjunto de Manolo, Toni y este humilde plumilla para rodear su tronco. Monumentos con vida.
Paso a paso, ladera arriba, nos adentramos en el pinar de Valsaín. El rumor del agua entre los cantos rodados resuena a babor. La senda es cómoda y sombreada. También recomendable con peques, acortando el recorrido. Pasamos varios puentes y un acueducto, que pasan por romanos, pero son del reinado de Carlos III (1759 – 1788).
El rey ilustrado, también conocido como el mejor alcalde de Madrid por su desarrollo de la obra pública de saneamiento y servicio (fuentes, iluminación, alcantarillado…) en la capital, mandó construir en estos lares las Pesquerías Reales. Las pesquerías son una serie de pequeñas represas para facilitar la pesca de la trucha y otros peces, cuando veraneaba en el Palacio de la Granja de San Ildefonso.
Así que ya ven, tres plebeyos, pero nobles de espíritu y de gustos regios, los tres amigos nos andamos 14 kilómetros por tan bello paraje, pasando por la garganta de la Boca del Asno y desandando camino para acabar nuestra ruta circular.
Un baño de bosque, que viene muy bien en pleno agosto castellano, una agradable charla y unas cervezas bien frías para terminar de refrescar el día, excepción de un verano bien caluroso.
Practiquen senderismo y alegren su espíritu paso a paso.
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Javier Prieto Sancho, amigo de los buenos senderistas Toni y Manolo
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Siempre en forma y compartiendo esperiencias nuestro amigo Javier, muchas gracias por estos relatos.
Nuestro modesto grano de arena para acercar el patrimonio natural que tenemos en la Sierra de Guadarrama. Conocerlo es el primer paso para valorarlo y respetarlo como se merece.
Gracias a ti por leernos, Fernando.
Pues la verdad es que la ruta tiene un aspecto muy bueno. Seguro que habéis disfrutado de un buen camino.
Ruta bonita y apta para todos los públicos. Buen camino, buena compañía y a pasar un agradable día.
Gracias por pasarte a comentar, José María.