El antiguo Parque de Comillas, hoy un solar de obra

El Parque de Comillas ha sido arrasado, pero los vecinos no se rinden

El Parque de Comillas ha sido arrasado. Ahora mismo se extiende únicamente sobre nuestra vista una gran explanada de tierra removida. Se habla de 199 árboles que habrían sido talados, eliminados junto a sus zonas verdes aledañas, sus bancos y paseos, dos áreas infantiles, un campo de fútbol y dos canchas de baloncesto y fútbol sala, así como una fuente ornamental.

En el antiguo parque, aunque ya no parezca que tenga sentido llamarlo así, se va a ubicar una estación de metro de la línea 11, cuyo proyecto de ampliación ha provocado a lo largo del último año, por su impacto social y ambiental, protestas vecinales continuadas en distintos puntos de la capital, como Madrid Río, el barrio de Comillas -en Carabanchel- y el Paseo de Delicias.

Pese a todo, los vecinos movilizados en Carabanchel no se resignan a bajar los brazos ante los hechos consumados y continúan a día de hoy en la lucha. La Asociación de Familias (AFA) del CEIP Perú, colegio seriamente afectado por las obras, y la Asociación Vecinal Parque de Comillas han sido y son las entidades sociales que lideran esta protesta social. Actualmente, insisten en que se vuelva al proyecto original y no se excave en el parque el pozo para la introducción en tierra de la ya famosa tuneladora de la capital que debe crear los túneles del metro.

La decisión de ‘meter’ la tuneladora por el parque de Comillas convierte al barrio en el centro de operaciones de la obra del metro en su conjunto y es la circunstancia que habría elevado a la potencia su impacto en la zona, provocando la destrucción completa del parque por las exigencias logísticas que lleva aparejadas. En un principio, y según no se cansan de informar las organizaciones sociales, era en un solar cercano a la A-3 donde debía de situarse el llamado ‘pozo de ataque’. Por este motivo, el lema y motivo principal de las protestas a día de hoy es sencillo: No a la tuneladora en el Parque de Comillas. En su relato, las entidades insisten en que están a favor del metro, pero no a este precio: Metro sí, pero no así.

Manifestación No a la Tuneladora - Barrio de Comillas, 13 de enero
Los vecinos no se rinden

Hay otra circunstancia que en estos momentos es la clave de la oposición a la tuneladora, pues el parque, tristemente, ya es historia. Se trata del impacto de la obra en el colegio público Perú, en el que alrededor de 500 escolares cursan educación infantil y primaria. Que la tuneladora entre por Comillas supondrá que la obra se alargará en la zona durante alrededor de cuatro años, con las evidentes consecuencias para la vida cotidiana en el colegio. La etapa de educación infantil y primaria de la chavalería del Perú se verá bastante perjudicada por la obra: ruidos constantes, polvo en suspensión, contaminación, presumible cierre de ventanas, tráfico pesado, etc. Por no hablar de la ya irremediable pérdida del parque que tenían junto a la escuela.

Las empresas Acciona, Dragados y Grupo Rover, reunidas en una UTE (Unión Temporal de Empresas), son las adjudicatarias del contrato para ejecutar la obra en el tramo comprendido entre Plaza Elíptica y Conde de Casal, que incluye la estación de Comillas. El vecindario organizado ha calculado algunos datos sobre el impacto de la obra en el parque: supondrá la circulación de 36.000 tráileres de tierra y escombros, 3.900 hormigoneras y 4.000 camiones con material de obra. Esto significará, según la duración estimada de la obra, la circulación de 100 tráileres diarios por el barrio, uno cada 10 minutos, durante 16 horas al día.

Estas estimaciones son las que manejan la AFA y la asociación de vecinos y las que volvieron a difundir el pasado sábado, día 13 de enero, en una nutrida concentración en la calle Antonio Leyva, frente a las vallas de la obra. Una protesta importante porque era la primera que se producía a ‘hechos consumados’, con el antiguo parque convertido ya en un triste solar. Los ánimos que pudo olfatear este perro eran de tristeza y frustración por el daño sufrido, pero también de firmeza para continuar en la pelea para minimizar los daños y proteger a los niños y niñas del Perú. En unas cuantas ocasiones se escuchó corear un clásico lema de las movilizaciones sociales: ‘la lucha es el único camino’.

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El Perro Paco

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