'Salón de juego'

El juego

En el barrio siempre nos ha gustado jugar a ganar, la competición y los premios.

Desde bien pequeños hemos soñado cientos de veces con ser el mejor, aunque sólo fuera por un día y disfrutar de esa sensación que dura muy poco, pero queda en el recuerdo de todos. Jugar en el barrio siempre implicaba vencer e incluso humillar a tus amigos para dejar claro que de alguna manera eras mejor que ellos…

Como muchos, empezamos a coquetear con el juego y la ludopatía cuando apenas habíamos cumplido los diez años: recogíamos litros de vidrio que dejaban los mayores y los canjeábamos en una bodega por algunas pesetas. Con eso y con nuestra mísera paga marchábamos hacía los recres hasta acabar con los bolsillos pelaos. Allí aprendíamos de los mayores y malotes del barrio que a veces nos ayudaban y a veces nos robaban. Fue allí donde empezamos a interesarnos por otros juegos como las tragaperras y los juegos de cartas.

En algún momento surgió la idea de jugar a las cartas apostando y así pasamos de jugarnos los cromos de la liga a perder los dineros practicando póker bajo los portales. Al poco de empezar con las cartas comenzaron los piques, la intimidación y, en algún momento tenso, se llegó incluso a las manos, las trampas y los insultos. Por suerte, esa fase duró poco ya que nadie se sentía cómodo perdiendo dinero y menos aún cabreándonos continuamente entre nosotros. De aquellos años recuerdo grandes momentos como cuando alguien dijo “de mayor quiero ser jugador de póker”, así como nuestro continuo deseo de poder ir al casino algún día a ganar pasta.

En aquellos años queríamos vencer, ser los mejores y poder comprarnos aquellas zapas, bicis, juegos y videoconsolas que no nos pertenecían y que nuestros padres decían no poder comprar.

Y es que el juego y las apuestas siempre han estado muy presentes en el imaginario colectivo de las gentes del barrio. Quizás por eso hemos visto cómo en los últimos años se cerraban fruterías y estancos para abrir casas de apuestas que enganchan a los menores. De aquellos recres, estas casas de apuestas…

Han pasado más de veinte años de aquellas tardes por el Parque Aluche de camino a los recreativos y aún seguimos con ese deseo de ganar y quizás prosperar, pagar la hipoteca, cambiar de coche, ayudar a los colegas con sus deudas y, por qué no, mejorar la vida del barrio porque al fin al cabo, aquí es donde queremos estar: con los nuestros, pero sin deudas y penurias.

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Rafa Ramos Claudio

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2 Replies to “El juego”

  1. Como jugador de juegos de tablero modernos, de rol, de juegos de cartas como el mus o de juegos-deporte como el ajedrez o los dardos, creo que este artículo habla más sobre «las apuestas» que sobre el juego. Por eso lamento que se haya titulado de esa manera en vez de destacar la palabra apuesta.
    Jugar como actividad social, como descubrimiento y aprendizaje de reglas y mecánicas o como competición, no tiene nada que ver con jugar a apostar. Los barrios están llenos de casas de apuestas donde lamentablemente mucha gente se gasta el dinero al estar enganchada a la ludopatía apostando dinero. Los niños juegan y el juego nos hace crecer, cada vez somos más los adultos que jugamos toda la vida, amamos el juego como ocio y defendemos que es una de las aficiones más sanas que puedes hacer rodeado de amigos.

    1. Hola Alonso, gracias por tu comentario y por la lectura. En referencia a tu comentario, a mi tambien me encanta jugar y existen muchos tipos de juegos, tanto con dinamicas cooperativas y competitivas. Son en estos ultimos donde se despliega la competicion que implica ganar a tu adversario para convertirle en el perdedor. Esta esencia se encuentra en multiples juegos, videojuegos y deportes, de hecho me atreveria a afirmar que la mayoria de jugadores juega para ganar independientemente de todas las bondades que has enumerado.

      El juego es un termino universal y al igual que otros conceptos como por ejemplo «el amor» tienen una parte objetiva por definicion y miles de matices subjetivos basados en la experiencia subjetiva de cada ser que lo ha experimentado. Por eso el titulo del relato se llama «El juego» y hace referencia a una manera de jugar muy arraigada en les mas peques e incentivada desde otros ambitos para fomentar la competicion, el individualismo, la comparacion, la humillacion…me alegra saber que como otras muchas gentes tu tienes otros valores asociados al juego mucho mas loables. Existe un concepto, que se conoce con el nombre de «conocimiento situado» de Donna Haraway que dice algo asi,

      «El conocimiento situado propone hablar de los objetos de estudio poniendo en evidencia el lugar desde el cual se parte, ya que, independientemente del tipo de método empleado, ningún conocimiento está desligado de su contexto ni de la subjetividad de quién lo emite. Haraway propone especificar desde qué punto de vista se parte y por qué ese y no otro. De esta manera se hace explícito el posicionamiento político –ya que los puntos de vista no son nunca neutros– de una manera ética (explicando cuál es el enfoque sin dar lugar a ambigüedades).»

      Hay muchos lugares desde donde mirar la realidad y por lo tanto se hace necesario mostrar cuál es la perspectiva desde la que miramos, por eso el conocimiento siempre será parcial y situado. De la articulación de todas las miradas y perspectivas podremos tener un conocimiento más cercano o profundo de la realidad. Asi que como te dije al principio, gracias por tu comentario.

      De esta manera te cuento que mi infancia y la de muchas criaturas, el juego estuvo marcado por esos valores. Ese tipo de juegos genera imaginarios e identidades que pueden dan lugar a generar habitos adictivos en torno al juego y a perder lo que no se tiene, muy ligado a la chavaleria de los barrios de clase trabajadora donde una apuesta ganadora te permite comprar las zapatillas de marca que tus padres no pueden comprarte.

      Perdon los acentos, mi teclado esta roto.

      Saludos

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