La obra “Amal” de la compañía La Baldufa estuvo en las Naves del Español entre el 25 y el 27 de abril.
Por las salas de Matadero del Teatro Español ha pasado fugazmente esta obra familiar a la que se puede ir con niños no muy pequeños. Es la historia de Amal, una adolescente que escapa de la guerra que hay en su país para emigrar a Europa. Su nombre significa “esperanza” en árabe y es lo que busca en una ciudad europea sin concretar, donde conoce a otra niña de su misma edad y entre ambas surge la amistad.
Lo interesante de esta obra es que la propuesta aúna teatro con circo, ya que las dos actrices que componen el reparto se mueven por el escenario sin apenas diálogo y con acrobacias que son más importantes que la misma historia. Es muy loable que el tema de la inmigración, las fronteras o los conflictos armados en países africanos sean la base sobre la que gira lo que nos quieren contar las actrices de la compañía teatral La Baldufa y que lo hagan pensando en espectadores jóvenes, adolescentes como los de la propia historia.
Es una obra corta de una hora de duración que va directa al mensaje y en la que lo más importante del espectáculo son las acrobacias circenses. El escenario es el lugar donde las actrices pueden escalar, saltar, hacer piruetas y en el que destacan carteles con palabras como ‘frontera’, ‘ilegal’ o ‘not welcome‘. Esto hace que a los chavales les entre mejor aunque, a ojos de un espectador más adulto como el que escribe esta reseña, el resultado sea un poco simple y a veces hasta repetitivo. Tenemos como hilo conductor el recurso de una voz en off que nos narra el diario de la protagonista y el cóctel funciona de esta manera: circo, retazos de mímica, voz en off sin diálogo y una historia comprometida con las personas que escapan de su propio país buscando una vida mejor sin perder la esperanza en encontrarla.
Encuentro algunas similitudes con el teatro de Tricicle, con el cine cómico silente y, por supuesto, teniendo claro que lo más llamativo es el espectáculo circense acrobático con una historia social de trasfondo. Por supuesto que se agradece el mensaje que puede calar en los chavales por el envoltorio circense y por una simplicidad evidente que busca no complicar la propuesta teatral en aras de su comprensión por los espectadores.
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Alonso Expósito
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