En Madrid, en los aledaños de la Plaza Mayor, hay un restaurante llamado Los Galayos. Lleva abierto desde 1894, o sea lleva bastantes años viendo pasar el tiempo… Cuando se inauguró se llamaba Casa Rojo y solo servía bebidas y tapas, sin llegar a ser un restaurante. Poco a poco fue ganando prestigio y aumentando su clientela hasta convertirse en un restaurante de cocina castellana como es en la actualidad. Siempre regentado por la misma familia.
Los Galayos es intemporal, eso se dice de los clásicos, un lugar donde comer un buen cocido o unos buenos asados tanto de cordero como de cochinillo… y muchas cosas más. Tiene varios salones con diferentes nombres: Salón Bodeguilla, Salón Duque, Salón Ávila, etc. y aunque todos son del mismo estilo, cada uno tiene su toque de personalidad. También se puede tomar el aperitivo, o una copa, sin necesidad de comer o cenar. Por cierto, la barra del bar está hecha de madera, tallada a mano en el siglo XVII. La verdad es que no conozco la manera en la que llegó hasta ahí, pero así es o al menos eso cuentan en el establecimiento.
Un pequeño detalle, sin importancia, si se quiere, pero que a mí me agradó: una vez, tomando un vino blanco en la barra acompañada de un amigo poeta argentino, observé que, dado que el vino blanco, en verano sobre todo, requiere muy baja temperatura, para no poner hielo, que altera el sabor del vino al deshacerse, te ponían una uva de tamaño grandecito, una uva congelada, naturalmente, que mantiene frío el vino y no se modifica su sabor. Un detalle que me gustó e inmediatamente copié en mi casa.
A pesar de todo, no es una crónica de un restaurante lo que quería hacer sino hablar de algo más importante.
El poeta de la Generación del 27 Luis Cernuda publicó en abril de 1936 «La realidad y el deseo», que recogía sus obras completas y, para festejarlo, sus amigos de generación artística y otros le ofrecieron un banquete homenaje el 19 de Abril de 1936, precisamente en Los Galayos, donde aún se muestra la foto que recuerda esa comida. Allí estaban Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Pablo Neruda, Federico García Lorca, Gerardo Diego, Pedro Salinas, María Teresa León, Delia del Carril, Rosa Chacel, Miguel Hernández, Manuel Altolaguirre, Concha Méndez… y algunos más.
Alegria y camaradería, manteles blancos, copas de cristal, brindis… No podían imaginarse que esa sería la última reunión que iban a celebrar, ya que tres meses más tarde, el golpe de estado contra la República impidió que volvieran a hacerlo. El exilio para muchos, el asesinato para Federico… lo demás es historia.
Podéis visitar ese rincón de Madrid en la calle Botoneras, muy cerquita de la Plaza Mayor, como apunté más arriba, que os encontraréis un pedazo de la literatura española y también de la historia de España.
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Irene Paz
* Fotografía histórica: sentados de izquierda a derecha: Eugenio Imaz, persona sin identificar, Helena Cortesina, Manuel Fontanals, Santiago Ontañón, Maria Antonieta Agenaar Volgelzanz, Concha Méndez, Luis Cernuda, Maruja Mallo (tapada), La Argentina (?), J.E.Morena Báez. De pie: Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Pablo Neruda, José Bergamin, Manuel Altolaguirre, María Teresa León, Víctor María Cortezo (?). Fotografía procedente de la Fundación Federico García Lorca, Archivo fotográfico. Signatura: 3.1.124.
Muy interesante y digno de visitar. Establecimientos como ése no deberían desaparecer nunca. Gracias, Irene.
Efectivamente. Gracias, Pedro.