Muchas fueron las veces que le ofrecieron hogar y chimenea, pero el Perro Paco siempre declinaba la oferta y dormía cada noche en las cocheras del tranvía de la calle Fuencarral. Nos subimos hoy al último y extinto tranvía de Chamberí y atravesamos la noche madrileña en busca de la que fue la guarida del Perro Paco.