«Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo hoy todavía plantaría un árbol»
Martin Luther King

Cerca de 300 personas han participado la mañana del domingo 22 de enero en una nueva edición del Trail Cross del Árbol en Fuentidueña de Tajo. Esta carrera popular tiene un carácter solidario y no competitivo. La cita se adecúa también a un público familiar, pues hay un recorrido senderista, además de las carreras de 5 y 10 km. El recorrido transcurre por sendas de la ribera del Tajo, trochas de monte, caminos, calles y plazas del pueblo. Mañana fría, con sol de invierno, ideal para correr. Empezamos.

Como el cronista iba corriendo se dejó la cámara en el abrigo, pero les podemos asegurar y se pueden fiar de nuestra palabra, que es una carrera bonita. Desde la salida junto al Tajo y el puente de hierro, hasta el cerro del Castillo de los Piquillos o pasando por debajo del arco de la Torre del Reloj en medio del pueblo. Fuentidueña es coqueto y si no lo conocen merece una visita, un paseo y a buen seguro un almuerzo o una comida en alguno de sus establecimientos de hostelería. Y si son de bocata y tartera, pues en la ribera del Tajo también encontrarán acomodo con bellas vistas.

La inscripción del trail es gratuita y la organización corre a cargo del Club del Árbol y el Ayuntamiento de Fuentidueña de Tajo. Asimismo, la cita cuenta con gran apoyo local a través de los patrocinadores. En la página del Club del Árbol pueden ver buenas estampas del día deportivo solidario que les estamos narrando.

Al llegar a meta, corredores, senderistas y voluntarios del Club del Árbol, azada en mano, terminan de perfilar los cientos de hoyos preparados para la plantación popular. Casi 300 árboles han sido plantados en la ribera del Tajo, junto al puente de hierro de Fuentidueña: cipreses, álamos, sauces, coscojas, arces… que con un cuidado adecuado, enraizarán y crecerán, para dar sombra y vida a este espacio natural.

Nos alegra especialmente haber charlado con uno de los organizadores, miembro del Club, que nos explicaba el plan de riegos preparado para los primeros dos o tres años. Estos riegos iniciales son fundamentales para que arraiguen las nuevas plantaciones y lamentablemente, muchas iniciativas de este tipo acaban fracasando, porque tras la foto de propaganda política de turno, no existe un seguimiento y cuidado de la plantación, por lo que los árboles jóvenes acaban muriendo. Repetimos que no es el caso, gracias a la labor voluntaria de estos vecinos y vecinas organizados en esta asociación.

El Club del Árbol de Fuentidueña tiene como objetivo declarado “intentar, dentro de nuestras humildes posibilidades, cambiar el mundo, o al menos el pedacito que nos toca, por medio de la reforestación. Cultivamos semillas, que se convierten en árboles que queremos sembrar en el campo, en zonas urbanas, en parcelas privadas siempre con el permiso de sus dueños y en el caso del campo y zonas urbanas de las autoridades competentes.”

Nunca está de más recordar que los árboles dan vida y benefician al medio ambiente. Las masas forestales generan oxígeno, fuente de vida; contribuyen a eliminar dióxido de carbono del aire, mitigando la contaminación y el cambio climático; dan sombra, refrescando el ambiente en los calurosos veranos; fijan con sus raíces los suelos, evitando la erosión de vientos y lluvias; acogen gran cantidad de vida silvestre animal, mejorando los ecosistemas; ayudan a que a sus pies se establezcan con mayor facilidad otras especies vegetales menores. En el caso que nos ocupa, los bosques de ribera purifican en gran medida las aguas de los ríos a través de sus raíces. De hecho, numerosos estudios científicos ya han demostrado que un entorno arbolado contribuye de manera notable al bienestar psicológico y emocional de sus vecinos y vecinas.

En esta época de calentamiento global y deterioro del medio ambiente, pensamos que es más importante que nunca dar visibilidad a grupos y proyectos locales como el que hoy nos ocupa. Desde El Perro Paco, saludamos esta buena iniciativa del Club del Árbol y del Ayuntamiento de Fuentidueña y esperamos poder contar muchas ediciones de la carrera y cómo va creciendo ese bosque de ribera del río Tajo.

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Javier Prieto Sancho, un corricolari más

Fotografías de Rocío Serrano (cabecera), Jai de Perales de Tajuña y Javier Prieto

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