De todos es sabido que por una cuestión de tradición familiar, entre otras cosas, tiene este perro que les habla querencia por el teatro. Hoy les vengo a hablar de la última obra de teatro a la que he tenido la oportunidad de asistir en este nuestro Madrid. Les vengo a hablar de «Conspiranoia», que se estrenó el 15 de agosto en el Teatro Alcázar, y en el que se mantiene a día de hoy en cartelera.
«Conspiranoia» es una obra escrita por Marc Angelet y Jordi Casanovas y dirigida por este último, que ha llegado a Madrid después de ser representada en varios espacios teatrales catalanes, entre ellos La Villarroel de Barcelona, teatro que centra su programación en obras contemporáneas y de autoría local. Para su estreno en Madrid, la obra, originalmente en catalán, ha cambiado por completo su elenco de intérpretes.
El planteamiento de la obra es el siguiente: un grupo de tres amigos de mucho tiempo y confianza se dispone a realizar lo que llaman ‘una intervención’ sobre una cuarta amiga en discordia, que es, además, la mujer de uno de ellos. Esta ‘intervención’, que ha urdido el susodicho marido, llamado Roger y encarnado por Luis Merlo en Madrid, va a consistir en prepararle una encerrona a Clara, de manera bastante traicionera en mi opinión, para encararla e interrogarla a raíz de la preocupante para todos deriva de su pensamiento hacia tesis conspiranoicas.
Clara, interpretada por Natalia Millán, se ha unido a los defensores de la idea de que la tierra es plana y de que todo lo demás no es sino una descomunal conspiración para mantener el engaño. Claro, ella no sospecha nada de la que le están preparando sus supuestos amigos y se las tendrá que ver con esa difícil posición de ser cuestionada en un todos contra una por algunas de las personas de mayor confianza para ella. Desde luego, no me agradaría estar en su pellejo. A partir de esta propuesta argumental, se desarrollan los acontecimientos sin que pretenda este chucho callejero abundar más a fondo en el desarrollo de la trama, pues considera que estaría un poco feo.

“Conspiranoia” tiene la virtud de proponer en clave de comedia un buen puñado de temas que invitan al respetable a hacerse preguntas y, tal vez, a la salida, hablar sobre ello. Algunos son de carácter universal y tienen que ver con los límites de la verdad, la lealtad y la sinceridad en la amistad; con los engaños y autoengaños y con traiciones que es probable que no acaben de suturar; o con aquello de la viga, la paja y el ojo ajeno, la manipulación sutil y cotidiana, la superioridad moral y el derecho o no a entrometernos en la vida de los demás; o con la parálisis del pensamiento que acompaña en ocasiones el paso de los años y el acomodo de la posición social. Pero también aparecerán otros temas más exclusivos, al menos en sus formas o nombres, de nuestra más estricta contemporaneidad, como la colonización de nuestras vidas a través de todo tipo de artilugios electrónicos y aplicaciones digitales. Volviendo al argumento inicial, a la fachada de la obra, por supuesto comenzaremos por preguntarnos si cuando el fanatismo y la obcecación llaman a la puerta de la sesera de un amigo y este les abre, es posible o una completa utopía el rescate.
Lo interesante es cómo durante toda la obra, y a partir de ese juego dialéctico entre los cuatro actores, los distintos giros de guion nos van llevando de un tema a otro, de una pregunta a otra, con ritmo, con agilidad y con una media sonrisa como estado general, por más que unas cuantas de ellas contengan en su interior bastante amargura. El cuadro de actores he de decir que están genial en lo colectivo y, con especial brillantez, al menos en la noche sobre la que puedo ladrar, en el caso de Natalia Millán, en el papel de conspiranoica intervenida, y Juanan Lumbreras, en el papel de Álex, escritor y profesor de universidad, que está realmente divertido en el papel más histriónico de los cuatro. Completan el reparto el citado Luis Merlo y Clara Sanchís, en el papel de la geóloga Sonia, científica entregada a su trabajo.
En el párrafo a la contra que no puedo evitar incluir como chucho por momentos aguafiestas que también soy, podríamos decir que tal vez la pieza no te interese tanto a quien se la traiga al pairo los problemas y preocupaciones de un grupito de privilegiados personajes de mediana edad con la vida aparentemente resuelta, al menos en lo material, aunque quizás no parezca tan feliz.
Sin embargo, este perro llamado Paco que tiene el honor de haberles entretenido lo suficiente para llegar aquí, será justo consigo mismo y con la obra si les recomienda sin tapujos asistir a la representación de «Conspiranoia», que le interesó, le divirtió, le mantuvo atento y despierto (lo que no siempre es fácil) y le invitó a hacerse preguntas, con o sin respuesta inmediata.
Si van a verla o se pasan por aquí después de haber asistido al teatro, por favor, no dejen de decirme qué les pareció a ustedes.
¡Guau guau!
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El Perro Paco
Foto y cartel: SMedia – Conspiranoia