Una montaña de bolsas de basura rodeando un contenedor. La acera inundada de desperdicios humanos. El contenedor naranja, dedicado al ‘Resto’ de basura no separada, completamente a rebosar.
Una desagradable escena de abandono bastante habitual, según tengo la impresión. Por ejemplo, en Carabanchel, barrio por el que camina a menudo este perro callejero que les escribe. La fotografía que acompaña este artículo fue tomada el martes 8 de octubre en el barrio de Comillas, en la calle Antonio de Leyva en particular. La cosa es que esta foto fue directa a las redes sociales del Perro Paco (¡Sígueme!) y la reacción que ocasionó fue significativa, al menos para un chucho que sabe bien que nunca será un tuitstar.
En la red social Threads, red de microblogging que pertenece a Meta (también propietaria de Facebook, WhatsApp o Instagram), el post del Perro Paco provocó hasta 50 respuestas en apenas 24 horas, algo para nada habitual en nuestras interacciones. Está claro que todo esto tiene mucho que ver con el famoso y misterioso algoritmo que nos gobierna, pero, quizás equivocado, diría que es también un indicativo de haber tocado un tema sensible en la ciudad de Madrid en este otoño de 2024. Veamos:
Junto a la fotografía, se lanzaba la siguiente pregunta-reflexión: ¿De verdad que esto es así en todos los barrios de Madrid? Me da en el hocico que no.
A partir de ese momento comenzaron a sucederse las respuestas y, muchas de ellas, apuntaban a que no, a que no era únicamente algo que se viera en Carabanchel, sino que también pasaba en otros barrios similares, como Vallecas, Villaverde, Tetuán o Campamento. Aquí dejo a continuación, una muestra de estos mensajes.
Una posible verdad incómoda, o un malestar común, empezaba a hacerse un hueco en el hilo. No era una expresión unánime, como veremos un poco más adelante, pero sí me atrevería a ladrar que predominaban los mensajes que apuntaban a que este problema de acumulación de basura en los alrededores de los contenedores era común a determinados barrios de la ciudad, por casualidad o por causalidad o por lo que sea, barrios populares de mayoría de población de clase trabajadora. Había quien, de una manera o de otra, se expresaba en esta dirección.
Sería tan injusto como falso decir que todas las voces afirmaban lo mismo y hay que decir que, entre tantos comentarios, que llegaron a superar los 80 en toda la conversación, también los había que negaban la mayor o minimizaban esta presunta realidad de acumulación de basura. Creo necesario también representar estas opiniones.
Pero el debate no se quedó en la situación que se vive en los tradicionalmente considerados barrios obreros de Madrid, muchos de ellos en el sur de la ciudad, sino que destapó otras realidades similares y otras problemáticas relacionadas con la basura que se viven en el centro de la ciudad e incluso en barrios en principio más pudientes, como Chamberí. De manera diferenciada, entre los barrios del centro, asomó claramente la situación de abandono que se vive en el barrio de Lavapiés.
Como perro al que le gusta patear todas las calles, haré lo posible por seguir estos rastros para poderme formar una opinión con base en un conocimiento empírico de la realidad. Pero hay dos puntos con los que me quedo: las quejas por la basura trascienden los barrios del sur y, además, existen realidades, como los pisos turísticos, que también estarían generando un impacto no atendido en esta materia.
Por último me gustaría dejar un espacio para aquellas opiniones, que también las hubo, que aportaron puntos o explicaciones diferentes, recomendaciones o ideas originales que enriquecieron esta jornada de reflexión e intercambio colectivo de información.
Y hasta aquí llega mi recopilación de opiniones en esta especie de encuesta inesperada que se ha ganado con creces convertirse en el tema elegido para mi esperada publicación semanal. ¿Quieren que haga mi síntesis final, la síntesis de la síntesis? Pues a la luz de los faroles aportados por Threads diría que parece claro que hay algo aquí que va mal con la recogida de basuras en Madrid. Que parece que esto es algo bastante generalizado en la ciudad. Que, en resumidas cuentas, el servicio es insuficiente cuanto menos y, a menudo, deficiente. Que existen problemáticas que no se están atendiendo, como el impacto en la basura de la proliferación de pisos turísticos o el auge de los envíos de paquetería como consecuencia del aumento del comercio digital. Y que sí, que indudablemente, existe un sesgo de clase, un abandono de los barrios periféricos y de trabajadores, una desigualdad de trato o, por qué no expresarlo así, una forma de clasismo institucional en el que son las clases trabajadoras, a través de la limpieza de sus barrios, las que claramente salen perdiendo.
Pero ojo, antes de dar nada por cierto, no olviden que sólo están leyendo las opiniones de un chucho, un poco loco todo hay que decirlo. Y que, además, cuenta también con sus propios detractores.
Y tiene su razón, oiga, no lo voy a negar ¡Guau guau!
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El Perro Paco
Buen análisis, Perro Paco. Algo huele mal en la recogida de basura. Quizá si la empresa de recogida fuera pública, los beneficios de las subcontratas de hoy, se podrían reinvertir en mejorar el servicio. En Rivas, con una Empresa Municipal de Servicios funciona mejor la recogida de basuras y reciclados, creo yo.
Hola Javi! Una interesante reflexión, muchas gracias por compartirla! ¡Guau guau!