Monólogo, con representación breve en un acto
Me gustaría aprovechar, hoy que estamos todos juntos, para contaros cómo era la Educación en mis tiempos de colegial.
PAUSA.- Ya, pero hoy tenemos más tiempo, y aunque a veces os he contado algunas cosas sueltas, creo que merece la pena profundizar más en ello, aunque seguramente me repetiré en más de una ocasión.
Os recuerdo que, por circunstancias especiales que ya sabéis y ahora no merece la pena repetir, seguramente fui de los muy pocos que en aquellos tiempos empezó a ir al cole a los cuatro años. Y también que dicha etapa acabó a los catorce. Durante todo ese tiempo, he tenido cinco maestros (así se llamaban entonces). Recuerdo perfectamente sus nombres y sus características físicas y de otro tipo, que ahora no merecen la pena ser citados.
PAUSA.- Pues la verdad es que también necesito hablar de ello hoy porque me preocupa la situación política que vivimos en estos momentos: incertidumbre; bulos; polarización política; la judicialización de la política y la politización de la justicia; medios que en vez de informar hacen política e incluso proselitismo; la llegada de Trump al poder en EEUU. y Milei en Argentina; la guerra de Ucrania; el genocidio de Palestina por parte de Israel; otras guerras de las que se habla poco pero siguen existiendo; la subida de la ultraderecha en todas partes, y también en España; el alejamiento e inhibición de la ciudadanía de la política porque ésta se ha desprestigiado, etc. Todo ello y algunas cosas más, nos llevan a que cunda el comentario de que sobran los políticos porque todos son iguales, y por tanto no merece la pena votar, y eso es grave y peligroso.
PAUSA.- Si, volvamos a lo de la escuela de mi época de colegial.
Partiré de mis ocho años de edad. Habíamos vuelto a Madrid, y vivíamos en nuestro barrio de siempre: Lavapiés. Mi cole era el Gregorio Marañón, situado en la calle Argumosa, esquina a la de Zurita (hoy, una de las sedes de la UNED en Madrid). Creo recordar que tenía tres plantas y un pequeño patio para el recreo, de tierra y rodeado de una pequeña valla de ladrillo y pintada de blanco. Estaba en una clase de «medianos» y antes de acabar un curso nos fuimos a vivir a la chabola de Carabanchel, ya con nueve años; terminé ese curso, viniendo a diario en el tranvía.
El curso siguiente, supongo que ya con los diez años cumplidos, lo hice en un colegio de nuestra nueva zona. Íbamos mi hermano, mi hermana y yo, además de algunos chicos y chicas más de la zona, por una vereda que cruzaba un sembrado de cebada hasta la ”Escuela Graduada no. 2”, situada en la colonia de Las Clarisas, cerca de la Iglesia del mismo nombre, ésta en la calle del General Ricardos. Ahí ya estaba con los «mayores» (nada de curso tal o cual, ni aula no sé qué), y estuve hasta la catorce años, edad a la que acabé mis estudios. Después ya, a trabajar.
PAUSA.- ¿Que cómo era el Colegio? Pues era un edificio de dos plantas, con bastantes grietas en sus paredes y suelos deteriorados, donde además de alumnos, Director, maestros y maestras y una cocinera, había ratas algunas de las cuales recuerdo haberlas visto salir de los retretes; y tenía un pequeño patio de tierra, lleno de agujeros y restos de cemento que indicaba que antes había estado solado, al menos una parte de él, y rodeado por una vieja verja a la que le faltaban algunos trozos. En la planta baja estaban las clases de «medianos» y de «mayores», que era la mía, de chicos; en la planta de arriba estaban las clases de las chicas, el despacho del Director y la cocina y un pequeño comedor.
Cada mañana, aparecía el Director en la clase de los «mayores» y se llevaba a dos o tres chicos para traer una banasta con la compra que él hacía para la comida del día (no puedo precisar si toda o solo una parte), en el mercado que ponían en la calle del General Ricardos, zona denominada entonces como «Mataderos«, donde hoy hay una salida del metro de Urgel, de la línea 5.
PAUSA.- Sobre el deterioro del colegio, tened en cuenta que estamos hablando del año 1945 o 46, solo seis o siete años después de finalizada la guerra.
Y sobre los maestros, dado que probablemente la docente fue la profesión más perseguida y represaliada (muerte, exilio o como mínimo expulsados de la docencia), muchos de los que ejercían no tenían los estudios adecuados. De hecho, uno de los dos que teníamos en mi clase, la de los «mayores», estoy casi seguro que era uno de esos. Era alto y fuerte, y nos contaba batallitas de la guerra: que había sido alférez, que había tenido moros como subordinados suyos y que había estado en un frente que había al principio de la carretera de Toledo en Madrid, donde ahora está el barrio del Zofío.
Paso a contaros las asignaturas que dábamos, porque además de recitar de memoria las materias que estudiábamos en casa, muy poco más hacíamos; si acaso algún dictado (después os comentaré algo sobre el contenido de alguno de de ellos) y exigirnos una letra muy bonita, incluida la letra gótica, escribiendo con tinta y utilizando pluma que había que llevar de casa (en los pupitres había un agujero donde se colocaba el tintero). En ocasiones se usaba el lápiz de madera, y siempre todo muy adornado de dibujos y pintado con muchos colorines. En aquellos tiempos no existía aún el bolígrafo. Pero de explicaciones y trabajar la comprensión, nada o casi nada. Nos tenían casi todo el tiempo ocupados con trabajo individual: repasar la lección, haciendo cuentas de multiplicar y de dividir muy largas, copiar algo del libro, y cosas de este tipo.
ARITMÉTICA.- Muchas cuentas de multiplicar y dividir por muchos números, para tenernos tiempo entretenidos; el sistema métrico decimal, y creo no haber pasado de los quebrados.
GEOMETRÍA.- (Había que tener compás, regla y cartabón). Circunferencias, ángulos, triángulos, poliedros y cosas de esas, a todo lo cual también se le dedicaba mucho tiempo.
GEOGRAFÍA.- De España, ya se sabe: las provincias vascongadas, Castilla la Nueva, Casilla la Vieja, los ríos, las montañas y los valles, los cabos, los golfos, los puertos, y creo que nada más. Y una muy breve reseña física sobre algunos de los países extranjeros más importantes.
GRAMÁTICA.- (Que no Lengua). Creo que era lo que mejor se me daba, por cierto. Los verbos y sus diferentes tiempos; las palabras agudas, llanas, esdrújulas y esdrujulísimas; los acentos (no tildes como se dice ahora), y la ortografía y sus reglas.
HISTORIA SAGRADA .- Esta asignatura sí que era importante. Se complementaba con el catecismo de Ripalda y con los catequistas (el uso de la religión y los catequistas merecen apartado propio, que expondré más adelante). La Enciclopedia ASCARZA de Primer grado comienza con esta asignatura, que denomina DOCTRINA CRISTIANA, y su primera lección son todas las oraciones conocidas: el padrenuestro, el avemaría, la gloria, la salve, el credo, los mandamientos, los sacramentos, las obras de misericordia, los pecados capitales…
HISTORIA DE ESPAÑA.- Los fenicios, los griegos, los cartagineses, los romanos, los godos, etc.; después, todos los reyes absolutistas; D. Pelayo y la reconquista; los Reyes Católicos; la guerra de la Independencia… Habla algo del general Primo de Rivera y de su dictadura, de 1923 a 1930, y a continuación de la República y dice cosas como ”con el pretexto de unas elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931, el 14 fue proclamada en toda España la República española, y… “la labor sectaria iba hundiendo poco a poco todos los valores espirituales y sociales de nuestra patria”… “y se desataron todas las violencias, siendo numerosos los patriotas que cayeron gloriosamente víctimas de tal ferocidad, debiendo destacar de entre ellos la figura del eminente político José Calvo Sotelo”. Habla de la fundación de las JONS y la Falange Española, y ensalza, entre otros, a José Antonio Primo de Rivera (como se sabe, precisamente, hijo del dictador anterior). Y habla del Alzamiento Nacional: “este movimiento salvador de España, acaudillado por el invicto Generalísimo D. Francisco Franco Bahamonde, bajo el lema de constituir una Patria unificada, grande y libre”. Y continúa diciendo cosas como que “Madrid, Barcelona y otras provincias sufrieron una terrible y sangrienta revolución durante la cual cayeron por Dios y por España muchos patriotas y religiosos”. Y que ”en Alicante fue asesinado el fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera”, y que “la Falange Española y los Requetés cooperaron valerosamente en la Cruzada Nacional”.
En la Enciclopedia de grado medio, de Dalmáu Carles Pla, había al final otra especie de asignatura denominada EL ESTADO ESPAÑOL (Ideas de Derecho Civil), donde aparecían expresiones como “… la Nación española… Tiende a realizar esa indiscutible Unidad de Destino, integrada por el Estado español”. Y “el Destino de España, que la orienta hacia su norte universal, es aquel que se llevó a término durante la época imperial”… ”empresa universal de salvación, preeminentemente espiritual, que concrecionó en el Imperio de España”. Y sus características son tres: Unidad, Grandeza y Jerarquía. Y cita como Ministerios principales los de Defensa, que son tres: Ejército, Marina y Aire. Y habla del servicio militar obligado; y de la jura de bandera, para jurar fidelidad a la Patria. Y se extiende hablando de la “Organización militar de España, cuyo territorio está dividido en varias Regiones Militares y cuenta con capitanías generales, así como de la división marítima, con capitalidad en El Ferrol, Cádiz y Cartagena”.
Y sobre la familia, dice que “el matrimonio es la unión del hombre y de la mujer, para constituir un hogar y educar a sus hijos”. Acerca del marido, expresa que “tiene la obligación de trabajar para el sostenimiento de su esposa e hijos, a defender a ésta y a los hijos y a respetarlos y guiarlos”. Y al hablar de la mujer, continúa diciendo que “la esposa viene obligada a seguir a su marido adonde éste se establezca, a obedecerle, y a no enajenar sus bienes sin el consentimiento del marido, o en su defecto, sin cumplir lo que entonces disponen las leyes”.
PAUSA.- Ahora nos reímos, pero en aquel contexto la cosa era seria. Ante cualquier duda sobre la masculinidad de un hombre, inmediatamente era tachado de maricón y perseguido y hasta castigado incluso con prisión, además de ser agredido físicamente. E igual ocurría con la mujer que ofrecía dudas sobre su feminidad: se le señalaba como “mary-macho”, y asimismo perseguida y debidamente castigada. Después, para reeducarla, estaba la Sección Femenina de la hermanísima, Pilar Primo de Rivera.
Y sobre el aborto, no se podía ni mencionar. Las familias ricas y/o próximas al régimen no tenían problema porque viajaban a algún país extranjero donde se pudiera practicar.
Hablemos ahora sobre los dictados que hacíamos. Citaré solo algunos detalles: 11 Febrero 1949: “Evangelio del domingo VII después de Epifanía. El reino de los Cielos es semejante…”. 5 Noviembre 1949: “Evangelio XXI después de Pentecostés. En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos…”. 31 Mayo 1949: “Falanges juveniles de Franco. Acogidas al patronazgo de tan Santo, patriótico y valeroso Rey, han hecho propias….”. 9 Enero 1950: “Los Reyes Católicos. Cuando se casaron Isabel I de Casilla y Fernando V de Aragón, se unieron Aragón y Castilla…”. 21 abril 1950: Se nos dictó un ejercicio sobre Gramática con los verbos Haber y Ser, pero encabezados con un dibujo a todo color con el Escudo nacional del ”aguilucho”, hecho por cada alumno en su cuaderno. 3 Mayo 1950: “El deber de ser fuertes” era el título; trataba el deporte, y decía… “la fuerza no debe ser el ideal supremo sino un medio de lograr la salud necesaria para cumplir la misión”; “Lo interesante para un país no es tener campeones de este o el otro deporte…»; “La Patria nos manda también fortificarnos para estar en condiciones de una defensa suficiente en caso de guerra…”.
Veamos algunos otros detalles sobre el desarrollo de las clases: cuando llegaba alguien, fuera quien fuera, teníamos que levantarnos todos y decir “Ave María Purísima” y el visitante respondía “sin pecado concebida”; incluso creo recordar que en alguna ocasión había además que saludar levantando la mano en plan falangista. No puedo precisar la frecuencia, pero muy a menudo rezábamos el rosario al final de la clase, y en el mes de Mayo cantábamos todos los días “con flores a María”.
Sobre el trato de los maestros al alumnado, era fiel reflejo de la Dictadura, igual que en las familias, en el mundo laboral, en los centros oficiales e instituciones, en las consultas médicas, la polícía y los militares, y hasta los guardas de los pocos parques que había. Dureza, mal trato y amenazas. En el colegio he visto golpear con una dura regla en la punta de los dedos, en los nudillos, en los codos y en las rodillas, y hasta poner de cara a dos alumnos y hacerlos chocar las frentes, empujándolos desde la nuca a ambos. Y si alguna vez hablaba el padre de un alumno con el maestro, le recomendaba que le castigase si no se portaba bien. Por entonces se hizo famosa la frase “la letra, con sangre entra”.
PAUSA.- Actividades escolares, preguntáis. Recuerdo tres: 1) Misa obligatoria los domingos (si no justificabas que habías asistido, el lunes no te daban de comer en el colegio). 2) Catequesis (era los domingos por la tarde); nos llevaban a un piso que ocupaban en la calle de Los Madrazo, detrás del Banco de España, junto con más niños de otros barrios de la periferia, nos vestían de “soldado de Santiago” o algo así lo llamaban -consistía en una especie de hábito blanco con una cruz oscura muy grande delante- y hacían una especie de campeonato a ver quien sabía más del catecismo; los premios consistían en bocadillos y ropas usadas; eran conocedores de las tremendas necesidades de ambas cosas que todos teníamos. Y 3) No recuerdo la perioricidad, pero a veces nos llevaban a un cine que había en Carabanchel Bajo, cerca del Ayuntamiento, que se llamaba Imperio, y nos ponían reportajes del Nodo con escenas de la aún reciente guerra, donde atacaban los “nacionales” y huían los ”rojos”; enseguida empezaban a sonar aplausos y todos los chicos aplaudíamos como locos, igual que en las películas del Oeste americano cuando los “buenos” perseguían a los indios, que eran los malos.
Y para terminar, y antes que me lo preguntéis, os cuento el material que yo usaba, del cual conservo una buena parte.
PAUSA.- Bueno, ya sabéis que con estas cosas antiguas soy muy maniático, pues guardo incluso bastantes libros, cuadernos y trabajos manuales de vuestra época de colegiales, que aún no habéis querido llevaros de casa pese a que os lo he dicho bastantes veces, aunque en casa nunca estorban.
Pues son cinco o seis libros; ocho o diez cuadernos, con dictados, cuentas, problemas, dibujos, ejercicios, etc.; un plumier; una pluma; un lápiz; una regla (el cartabón desapareció); papel secante; un compás…
PAUSA.- Tenéis razón. En aquellos tiempos se usaba el compás, pero no todos podían tenerlo; yo, en este aspecto, era un privilegiado. Lo tenía porque mi abuela materna (Mariana se llamaba, castiza de Las Peñuelas de Madrid) me lo compró. Era viuda de un encargado de los talleres de Renfe, de Méndez Alvaro (mi abuelo Gregorio), y todos los meses yo la acompañaba a cobrar la pensión de viudedad a la Asociación de Húerfanos de Trabajadores de Renfe (creo que se denominaba algo así), a la calle Moratín (muy cerca e Antón Martín, en Madrid).
Termino. Hasta aquí, casi desde el principio, hechos, no opiniones. Ahora opino y justifico todo lo anterior. Aquella época, a mí me trae recuerdos muy tristes y eso hace que lleve más de media vida luchando porque no vuelva. Pero insisto en que ahora deseo transmitir a quienes no la habéis vivido ánimo, fuerza e ilusión, además de un mínimo de Pedagogía sobre todo ello. La Democracia, como la salud, la familia, los buenos amigos y todas las cosas importantes y buenas de la vida se aprecian solo cuando se pierden. Ya sé que podrían ir mejor las cosas, pero valoremos lo que tenemos sobre todo porque venimos de una especie de túnel muy largo y muy negro de cerca de cuarenta años, y el pueblo y no los dirigentes políticos, conseguimos esa Democracia, y por tanto somos el pueblo quienes tenemos que defenderla; tened en cuenta que somos muchos los que trabajamos día a día por ella, pero también hay muchos poderes fácticos muy potentes que utilizan peones para atacarla; y ahora los golpes de Estado suelen darse sin militares y sin violencia, sino desde despachos y a veces con la ayuda de una parte de la judicatura. Aquí no vale la equidistancia, hay que “mojarse”.
PAUSA.- Ya, comprendo vuestro aparente más que real desánimo. Pero no vale eso de que todos son iguales.
La solución no pasa por un suicidio colectivo, ni tampoco por inhibirnos y esperar que nos den palos por todas partes.
LA SOLUCIÓN ESTÁ EN DOS COSAS QUE SÍ PODEMOS Y DEBEMOS, EN MI OPINIÓN, HACER:
EL VOTO Y LA MOVILIZACIÓN.
Pedro Crespo Rubio
Diciembre 2024
Gracias por compartir tus vivencias y reflexiones con nosotros, Pedro, y gracias a El Perro Paco por darlas eco.