El Perro Paco volvió este pasado domingo 23 de febrero a las calles de Madrid a una manifestación, y es que parece que le ha cogido el gusto últimamente a eso de la protesta social, no deja de sorprendernos este chucho callejero. La causa era, sin lugar a dudas, de las más importantes en una sociedad: la educación. Y más particularmente el estado deficiente de la educación pública en esta nuestra Comunidad de Madrid que tiene, por cierto, casi todas las competencias en materia educativa bajo su gestión.
El itinerario fue el de las grandes marchas, entre la Glorieta de Atocha y la Puerta del Sol a través del Paseo del Prado y la calle Alcalá, pasando por las fuentes de Neptuno y Cibeles. El lema, explícito: “Salvemos la educación pública”. Y en la pancarta de cabecera se añadía: “Su privatización, nuestra ruina”. Porque el mensaje principal de la protesta iba de esto: de gritar basta a continuar desangrando la educación pública, basta a seguir con el trasvase de fondos públicos a la educación privada.
Más de 20 colectivos habían convocado la marcha y muchos más se habían adherido. Sobre las cifras, qué les voy a decir. Delegación de Gobierno fijó el número de asistentes en alrededor de 25.000. Los convocantes, en más de 100.000. Lo de siempre. Estas cosas reconozco que me ponen de un humor de perros.
Al margen de esto, el Perro Paco, ese analista peludo, me pide que les diga que le agradó particularmente ver a cantidad de colectivos movilizados dentro del ámbito educativo, es decir, que participaban en la marcha como fruto de un proceso propio de reivindicación. Y, en consecuencia, gran parte del éxito de la manifestación radicó exactamente en eso: en la capacidad para aunar fuerzas entre todos los colectivos en lucha en una misma movilización.
Del objetivo de esta breve reseña se escapa el reto de visibilizar los problemas concretos existentes en cada etapa educativa en Madrid, de los que tal vez podamos hablar más adelante, quién sabe, pero el Perro Paco me ha pasado un panfleto arrugado y sucio que condensa en un párrafo los principales males denunciados en la marcha: «la falta de recursos, de plazas públicas, la segregación educativa y el empeoramiento generalizado de las condiciones laborales del profesorado y el personal no docente». Y como causa señalada de todo ello, el deterioro provocado en todos los niveles educativos después de muchos años de políticas privatizadoras bajo los distintos gobiernos del Partido Popular (PP) en Madrid.
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