Contra todo pronóstico, la tienda de decomisos La Toledana vivió una escena inédita en muchos años, quizás en su historia. A las puertas de su local, en la calle Toledo de Madrid, los clientes hacían cola para tratar de conseguir, en pleno apagón eléctrico, un aparato portátil de radio, un transistor a pilas.
Por suerte, yo no lo necesitaba. Perro prevenido vale por dos.
¡Guau guau!
PD: no dejen de hacer una visita a La Toledana. ¡Que no desaparezcan comercios como éste!