Rosas y espinas

Hoy, lunes 8 de abril, el Brother ha dicho hasta aquí, compas. Ha sido el yorkshire terrier más popular del populoso barrio de Covibar en Rivas. Tras los pasos de su dueño y su dueña, el Brother recorría las calles, plazas y parques del Oeste de Rivas-Vaciamadrid. Su espíritu andarín e infatigable suplía con creces sus cortas patas. Igual lo encontrabas a las 9 h. de la mañana en la ‘Plaza de las Ranas’, donde vivía, que a las 12 h. en el Parque Asturias o a las 22 h. en el Parque Lineal.

Independiente y leal, Brother caminaba suelto, sin correa, la mayor parte de las ocasiones. Respetaba los semáforos, entraba a las cafeterías amigas de las mascotas y esperaba paciente a la puerta de las que no valoraban su presencia. Hasta el alcalde de Rivas lo conocía y lo saludaba. Aunque Brother poco entendía de cargos y protocolos y repartía su afecto sin atender a galones.

En sus trece años ha dado salud física y emocional con sus paseos y su compañía a su manada humana. Amigo de muchos jardineros y limpiadores municipales, saludaba alegremente a quien él decidía introducir en su amplia manada del barrio. Quien esto escribe ha tenido el placer de compartir sus visitas, cotidianas, desde hace años y de ser destinatario de sus ladridos, sus caracoleos entre las piernas y sus lametones de saludo.

Sus largos paseos le conferían una musculatura fuerte, maciza. No en vano resistió dos ataques de otros canes de mucho mayor tamaño y desde luego de peor educación. Y el atropello de un coche. La importancia de una buena forma física para afrontar los avatares de la vida, oiga usted.

En un barrio obrero, degradado en parte por el alcohol, las casas de apuestas y la drogadicción, tuvo también la desagradable experiencia de ser robado para, posiblemente, ser vendido en la Cañada Real. Pero ese día acabó bajo las piernas de un jardinero municipal, amigo suyo, que lo encontró extraviado por el barrio. Posiblemente el ladrón desistiera de su intentona al oír los gritos de búsqueda del dueño. Final feliz, pues desde aquel día todavía estuvo repartiendo su ternura y jovialidad durante unos cuantos años más.

Tan famoso ha sido en vida, que hasta el Perro Paco habló de él en su revista, a cuento de la actividad sindicalista del Brother. Así es, amigo de sus amigos y luchador por naturaleza allí estaba el primero cuando había que denunciar alguna injusticia y reclamar algún derecho.

Esta tarde sus riñones no han podido más y sin hacer mucho ruido ni plantear mucha queja ha buscado su rincón preferido para echarse a dormir. También nos ha enseñado eso, que la muerte forma parte de la vida y que puedes afrontarla de la mejor manera posible. Con serenidad, con naturalidad.

Ahora tu dueño y tu dueña te llorarán un tiempo. Un duelo necesario para asimilar la pérdida. Tus amigos y amigas ya te empezamos a recordar con cariño, con ese espíritu tuyo, inquieto, leal, libre, jovial y callejero.

Que la tierra te sea leve, Bro.

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Javier Prieto Sancho
Fotos: Mari Carmen Horcajo

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