El último día de febrero de 2025 triunfó Carolina Durante en Madrid. El grupo actuaba presentando en el Palacio de los Deportes su último disco, «Elige tu propia aventura» (2024), con un escenario convertido en prosaica oficina a la que llegaban, calculando bien la temperatura creciente de la emoción de su gente, en ascensor, familiar rutina para todos los miles que compartimos gris existencia a tiempo parcial.
Me dejé llevar por Paloma, que los tenía bastante más escuchados que yo y que me dijo, además, que después del tercer álbum es el momento perfecto para ir a ver en directo a una banda, porque ya van bien rodados pero todavía no tienen tanto repertorio como para echar de menos los temas que se quedan fuera de la setlist. El Perro Paco también asintió, haciéndose el interesante, aunque es justo decir en mi favor que a mí se me convence fácil y que en las últimas semanas los había escuchado lo suficiente, ridículamente subido a la bicicleta elíptica, eso sí, como para saber que me gustaba su rollo.
No vengo en cualquier caso en esta ocasión con una de mis intensitas crónicas emocionales de conciertos, pero tampoco me iré sin decir que la joven banda madrileña, creada en 2017, firmó un conciertazo que todavía me tiene cantando, con una brutal conexión con su público, que se entregó a la causa con una pasión verdadera que hacía volar continuamente los minis de cerveza sobre nuestras cabezas, formando y bailando inesperados pogos de canciones de desamor y desazón. Se quedarán de nuevo sin trabajo los certificadores de la muerte del rock entre la juventú, porque eso es lo que hacen estos chicos y porque su público era generacionalmente hablando mayoría de veinteañeros rebosantes de energía de bailar y desgañitarse hasta morir, luego de vivir. Pero cuidado, Carolina Durante, que puede correrse la voz y que empiecen a colarse indeseables cuarentones en vuestros conciertos, de esos medio calvos y barrigudos, bastante reguleros en todo caso, avisados estáis.
Pero hoy vengo simplemente a abrir sección dedicada a canciones en las que la ciudad de los gatos, y del Perro Paco, cobra algún protagonismo, una especie de pongamos que hablo de Madrid o de ritmos gatos, no lo tengo del todo claro. El tema que he elegido de los Carolina Durante es uno de sus principales éxitos del último disco, la canción «Normal», que se convirtió en gran pelotazo al descubrise que contaba en el disco con una colaboradora de excepción: Rosalía.
La canción no tiene muchas vueltas, es alguien que maldice el momento en el que conoció, se cruzó en la vida con un amor que ya no lo es y que le tiene torturado, con el agravante, además, de que fue él quien de un modo u otro la cagó, motivo por el que la chica y todas sus amigas le odian sin remedio e incluso él mismo lo hace, lo que suele ser bastante más insoportable. Y esta historia de todos los días transcurre en la ciudad de Madrid que aparece en su letra, únicamente, cuando desea un imposible, que aquel día al subir por San Bernardo no se le hubiese ocurrido entrar en ese baaaaar.
Aquí les dejo enganchado (porque lo de embebido me sigue pareciendo un palabro e incrustado suena fatal) el vídeo de la interpretación en el Palacio de «Normal» de Carolina Durante, con Diego Ibáñez, su vocalista, todo actitud, sutil recuerdo agradecido a Rosalía incluido. El vídeo lo traigo del canal de YouTube de Jesús Alberto.
¡A disfrutar!
¡Guau guau!