El Perro Paco se para a husmear en la entrada al Museo Arqueológico Nacional, topándose con dos guardianas de mucho cuidado: sus fabulosas esfinges de bronce.
El Perro Paco se para a husmear en la entrada al Museo Arqueológico Nacional, topándose con dos guardianas de mucho cuidado: sus fabulosas esfinges de bronce.