Cerca de 200 personas participaron el sábado 27 de abril en la VII Marcha Solidaria por Las Vegas de Madrid. Organizada por las asociaciones Senderos Solidarios y Rivas Sahel, la marcha senderista tenía por objetivo recaudar fondos para apoyar al pueblo saharaui refugiado en el desierto argelino. En esta ocasión se pretende adquirir una ambulancia que será trasladada, llena de material sanitario, informático y escolar, a los campamentos saharauis.

La caminata solidaria partió a las 10 de la mañana del emblemático Museo del Melón de Villaconejos y sobre las 14:30 horas todas las personas participantes habían llegado a su meta. 14 kilómetros de senderismo por los campos de la Comarca de Las Vegas. La organización del evento ha sido muy buena. Además de las asociaciones mencionadas han colaborado los ayuntamientos de Chinchón, Morata de Tajuña y Villaconejos, Protección Civil, así como entidades de productores agrícolas locales como Aracove o El Melonero de Villaconejos. Durante el recorrido, un nutrido pelotón multicolor, de todas las edades, iba serpenteando por los caminos rurales que atravesaban las tierras de cultivo con los cereales todavía verdes en su etapa de crecimiento, los olivares arados, cosechados en invierno y recién podado, y el esparto, las coscojas y las amapolas ocupando gran parte de las tierras no cultivadas. El día se levantó con lluvia, amenazando aguar la jornada, sin embargo, la marcha contó con buen tiempo, temperatura fresca ideal para caminar y cielo algo nublado. Cada 5 kilómetros, una carpa blanca daba un respiro a los sendidarios y sendidarias, como dicen a los caminantes altruistas en la asociación Senderos Solidarios, con un bien organizado avituallamiento con zumos, galletas, frutos secos y, naturalmente, melón de Villaconejos. En meta, esperaban también unos merecidos sándwiches y un sorteo con productos locales, que dejó contentas a numerosas personas con ajos de Chinchón, palmeritas de Morata, vino de Valdelaguna, aceites y melones de la comarca y otros productos de la tierra.

Rivas Sahel y su intensa labor solidaria

Como ya hemos escrito en anteriores artículos relacionados con la causa saharaui, el pueblo originario del Sáhara Occidental exige su libertad e independencia desde que en 1975 la ONU confirmara su derecho de autodeterminación, ante la ocupación de su tierra por parte de los estados de Mauritania y Marruecos. A comienzos de 1976 la dictadura franquista abandona a su suerte a la colonia española norteafricana. El reino marroquí aprovecha la ocasión para invadir y ocupar el Sáhara Occidental, rico en materias primas minerales y caladeros de pesca. Los saharauis huidos de sus hogares sobreviven desde entonces en los campos de refugiados que levantaron en mitad del desierto del Sáhara, en territorio de Argelia. 

El apoyo solidario por parte de la sociedad civil internacional y en gran medida por asociaciones españolas no ha cesado desde entonces. En este contexto, Rivas Sahel colabora con la causa saharaui con proyectos como las Vacaciones en Paz, un proyecto mediante el que miles de niños y niñas refugiados en el desierto del Sáhara vienen a pasar los meses estivales con familias españolas. En la misma línea está el Proyecto Madrasa, un programa de acogimiento familiar de menores durante el curso escolar. El objetivo, como nos dicen en Rivas Sahel, es la formación en España, pero sin perder el arraigo con sus raíces, “gracias al plan periódico de encuentros y clases de cultura árabe con monitores saharauis”. El Proyecto Aulas 3.0 está instalando aulas informáticas en los campamentos para los chavales y chavalas que cursan estudios de secundaria en tan difíciles condiciones. Desde 2019 se han logrado montar cinco aulas informáticas en Smara, Auserd y Dajla. También se colabora fletando caravanas de ayuda humanitaria o recaudando fondos con actividades populares.

La solidaridad tiene una nueva cita el próximo domingo 26 de mayo, con la ya clásica Legua Solidaria de Rivas con el Sáhara.

Nuestra sincera enhorabuena a las personas organizadoras de la jornada y todas las participantes. Naturaleza, actividad física y una buena causa son una mezcla perfecta y una excusa ideal para pasar una mañana con amigos y amigas.

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Javier Prieto Sancho, dorsal 165

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